Cuatro sociedades científicas implicadas en el manejo oncológico recomiendan la utilización de opiáceos en los pacientes con cáncer que sufren lo que se denomina como dolor irruptivo --que aparece de forma súbita y tiene una duración breve pero afecta de forma intensa--. Un porcentaje "preocupante" de estos enfermos consideran que están "mal tratados", según el presidente de la Sociedad Española de Dolor (SED), Manuel Alberto Camba.
Junto a la SED, la Sociedad Española de Oncología Médica, la Sociedad Española de Oncología Radioterápica y la Sociedad Española de Cuidados Paliativos --con colaboración de los laboratorios Cephalon y Ferrer-- suscriben el 'Documento de consenso sobre el diagnóstico y tratamiento del dolor irruptivo oncológico', elaborado tras una reunión entre cuatro expertos el pasado 15 de febrero.
El texto trata de aplacar lo que califican como un "verdadero problema socio-sanitario actual", dada la incidencia por cáncer en España. En Galicia, en concreto, se diagnostican más de 11.000 nuevos casos al año y, según los datos de la SED, entre el 40 y el 80% de los gallegos afectados "sufrirán crisis de dolor".
Además de en este dato, el informe se basa en el trabajo --todavía por concluir-- realizado por el grupo español de pacientes con cáncer, que recoge las opiniones de enfermos y cuidadores y que revela, según ha resaltado Camba, que el dolor basal "no está bien tratado" en un elevado porcentaje y está también "mal tratado" en lo que se refiere al dolor irruptivo.
En rueda de prensa, el presidente de la Sociedad Española de Dolor, jefe de servicio de la unidad de dolor del Hospital Arquitecto Marcide de Ferrol, ha señalado unos niveles "preocupantes" ante los que, a su juicio, los profesionales deben ofrecer "soluciones". Así, entre el 30 y el 35% de los pacientes presentan dolores basal e irruptivo durante el desarrollo de la enfermedad y entre el 90 y el 95% lo sufren en la fase terminal, ha informado.
Además, según las opiniones recabadas por el grupo, el 59% de los pacientes consideran el tratamiento a este respecto "poco efectivo" y hasta un 16% lo valoran como "nada efectivo". Un 60,9% se declaran "poco satisfechos" y un 18,5% "nada satisfechos" en cuanto al tratamiento del dolor irruptivo. Cuando "es posible eliminarlo al 100%" si se emplean opiáceos, ha llamado la atención.
Camba ha explicado que aquellas personas con cánceres hormonales --metástasis ósea y digestiva, por ejemplo-- son los que afrontan "más dolor". Este se experimenta en la parte afectada y de manera poco prolongada, durante unos minutos --de 1 a 5, de media--.
El documento se refiere al fentanilo como el principio activo "que más se ajusta a las necesidades analgésicas del dolor irruptivo en el momento actual, con independencia del opioide mayor utilizado para el control del dolor basal". El doctor del hospital ferrolano ha incidido en que la medicina básica debe estar "preparada" para recetar opioides, porque "están para darse, no para guardar".
Su aplicación, ha indicado, ayuda a eliminar el dolor irruptivo al actuar sobre los receptores del organismo y no genera "contraindicación alguna", aunque sí efectos secundarios --náuseas, vómitos, estreñimiento-- que "hay que prevenir y saber tratar".
Por último, ha resaltado que, al tomarse por una vía de acción "muy rápida" --oral, nasal, transmucosal--, en el momento de la crisis, su efecto comienza a los "dos, tres minutos" y dura entre una o dos horas.
El médico ha finalizado recordando que en los propios estatutos fundacionales de la sociedad de dolor se especifica que una de sus funciones es promulgar y "dar a conocer" las ventajas e inconvenientes de los fármacos frente a las distintas patologías.
Ante la aparición de "estas opiniones, que son las de los pacientes, que son los sufridores", Camba ha concluido que los profesionales de la medicina "tienen que trabajar mucho más aún".
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