Un trabajo realizado el Instituto de Investigaciones Biomédicas Alberto Sols (UAM -CSIC) y el Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Raras (CIBERER) ha realizado avances en el conocimiento del denominado defecto de MCT8, una enfermedad que se manifiesta en niños durante los primeros meses de vida y que genera alteraciones neurológicas profundas. En base a estos hallazgos, los autores de esta investigación han elaborado una guía clínica para ayudar a su diagnóstico.
Los científicos saben que esta enfermedad es consecuencia de una deficiencia en un transportador de hormona tiroidea (transportador MCT8), que hace que las hormonas tiroideas no lleguen normalmente al cerebro durante una etapa del desarrollo neural en la que son muy necesarias.
Según explica el doctor Juan Bernal en un artículo publicado en 'Current Opinion in Endocrinology, Diabetes and Obesity', investigaciones recientes realizadas por su grupo han demostrado que dicha deficiencia se debe específicamente a que las hormonas tiroideas no pueden atravesar la barrera hematoencefálica (BHE).
La barrera BHE protege al cerebro de sustancias nocivas que circulan por la sangre y que podrían afectar al metabolismo y función de las neuronas. Muchos compuestos químicos, entre ellos las hormonas tiroideas, sí pueden atravesar esta barrera gracias a la presencia de unas proteínas que tienen una función de transporte. Para las hormonas tiroideas el transportador se denomina MCT8 y las mutaciones del mismo son la causa de la enfermedad.
Una característica importante del defecto de MCT8 es que cursa con niveles alterados de hormonas tiroideas, concretamente con disminución de T4 y aumento de T3. Otra hormona importante, la TSH, se muestra normal.
La TSH es la hormona de referencia que se mide en la práctica clínica para evaluar la función tiroidea. Precisamente esta hormona es la que se mide en la sangre del talón de los recién nacidos para detectar enfermedades congénitas del tiroides. Al ser normal, los casos de defecto de MCT8 pasan desapercibidos.
La guía clínica elaborada por el grupo del doctor Bernal en base a estos nuevos conocimientos quiere ayudar al diagnóstico de los casos de defecto de MCT8. En ella se aconseja la medición de T4 y T3 en todos los casos de niños con retraso del desarrollo, especialmente si presentan síntomas como los descritos anteriormente.
Aunque en la actualidad no existe un tratamiento farmacológico efectivo para esta enfermedad, es importante su diagnóstico a efectos de consejo genético. La distribución de la guía del el grupo del doctor Bernal ha propiciado el diagnóstico del primer paciente con defecto de MCT8 detectado en España.
El defecto de MCT8 es una enfermedad que se manifiesta durante los primeros meses de vida y afecta sólo a niños, pues se debe a una alteración en un gen del cromosoma X. Las madres son portadoras, por lo que no padecen la enfermedad, pero tienen un 50 por ciento de probabilidad de transmitir el gen defectuoso a sus descendientes varones.
Esta enfermedad conlleva alteraciones neurológicas profundas. Los niños afectados tienen un retraso profundo del desarrollo general e intelectual, no llegan a sostener la cabeza, con frecuencia necesitan alimentación por sonda, padecen frecuentes convulsiones acompañadas de gritos y nunca aprenden a hablar.
Aunque en los primeros meses de vida los niños presentan hipotonía (flacidez muscular), con el tiempo desarrollan un alto grado de espasticidad (rigidez y acortamiento de los músculos). El cociente intelectual no llega a 30 ó 40.
La primera descripción de esta enfermedad se hizo en la década de 1940 y se denominó Síndrome de Allan-Herndon-Dudley. En 2004 se demostró que es consecuencia de una deficiencia en un transportador de hormona tiroidea (transportador MCT8), deficiencia que hace que las hormonas tiroideas no lleguen normalmente al cerebro durante una etapa del desarrollo neural en la que son muy necesarias.
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