La realización de perfiles genéticos y el uso de fármacos biológicos en terapias personalizadas, solos o en combinación con quimioterapia, son las claves en las que se basarán los futuros tratamientos del cáncer de mama. Estos avances, además de ahorrar costes a largo plazo, evitarán que muchas mujeres sufran recaídas en sus tumores y que, las que las sufran, puedan vivir más, cronificando su enfermedad.
Así lo apunta el doctor Hernán Cortés-Funes, jefe de Oncología Médica del Hospital 12 de Octubre y presidente del IX Congreso Internacional de Cáncer de Mama, que se celebra hasta este jueves en Madrid con expertos como el doctor Josep Baselga, del Hospital de Massachusetts (Estados Unidos) o el doctor Manel Esteller, del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge, en Barcelona.
Según este experto, hace unos cinco años, la principal preocupación de los oncólogos era cómo evitar que sus pacientes tuvieran que extirparse el pecho para evitar reapariciones de la enfermedad. Por lo demás, dice, el tratamiento de este tipo de cáncer "era sota, caballo y rey", es decir, siempre se usaba quimioterapia.
Sin embargo, ahora se sabe que, en muchos casos, la quimioterapia no es el tratamiento más eficaz y también se conoce que, en muchas mujeres, con tumores que por su tamaño eran considerados menos peligrosos, si hubiera sido necesaria.
Ahora también se pueden identificar a las pacientes con un mayor riesgo de sufrir una metástasis y de que su tumor vuelva a aparecer. Es posible a través de la realización de un perfil genético personalizado del cáncer de cada paciente, una prueba que averigua cuál es la virulencia de un tumor y cuál será su pronóstico.
El coste de esta prueba, según el doctor Cortés-Funes, "no supera los 3.000 dólares" en Estados Unidos --donde las compañías de seguros de salud la exigen antes de iniciar un tratamiento de quimioterapia-- y los centros de investigación más avanzados "pueden hacerlo en horas" con las nuevas técnicas de secuenciación genética. De hecho, varias compañías se dedican ya a hacerlos en todo el mundo.
En España, es la Comunidad de Madrid la que ya los practica en algunos de sus hospitales y la que parece que ha expresado su voluntad de adelantarse al resto de autonomías en su implantación. "Algunos hospitales de Madrid ya realizan test de perfil genético, estamos tratando de introducirlos en más centros y la Dirección General de Hospitales de Madrid parece que quiere implantarlo en todos", señala.
Otro avance sustancial en el tratamiento del cáncer de mama, y del cáncer en general, es el descubrimiento y desarrollo de los llamados tratamientos biológicos, aquellos que, utilizados solos o en combinación con la quimioterapia, actúan bloqueando las denominadas vías de señalización de los tumores, es decir, los caminos por los que las células --en este caso las tumorales-- reciben órdenes.
Todos los cambios fisiológicos que se producen en el organismo se realizan gracias a estímulos conocidos como señales de crecimiento, que se trasmiten a las células a través de las proteínas producidas en el propio núcleo celular.
Estos factores de crecimiento, que actúan en procesos tan naturales como la formación de un feto, también actúan en la formación de los tumores, cuyas células, en este caso, se mueven siguiendo las directrices de una "información errónea".
Todos los tumores tienen sus vías de señalización de estos estímulos, caminos determinados por los que se 'canalizan' las órdenes que dicen a las células si deben reproducirse, dividirse o diseminarse para generar una metástasis.
"Todos los puntos de esa vía de señalización están identificados y la industria farmacéutica se dedica a buscar fármacos que interfieran esa vía de señalización. Se trata de una vía que conocíamos desde hacía tiempo, pero que se basa en un mecanismo totalmente diferente al que sirve de base al tratamiento con quimioterapia", señala.
"Estos nuevos tratamientos son fármacos biológicos y se diferencian de la quimioterapia en que, mientras que la quimioterapia intoxica a las células para matarlas, destruyendo su núcleo, los nuevos fármacos interfieren el proceso de formación del cáncer mediante un sistema fisiológico cuya toxicidad es absolutamente diferente", continúa.
"Se pueden dar solos o con quimioterapia y son el futuro del tratamiento del cáncer y del cáncer de mama en particular, donde ha reducido significativamente la mortalidad", concluye.
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