Entre el 2 y el 7 por ciento de los niños y adolescentes en tratamiento médico podría sufrir alguna reacción adversa derivada de errores cometidos en la prescripción, dispensación o administración de sus medicamentos. Sin embargo, se notifican menos del 10 por ciento de estas reacciones, una situación que preocupa a los expertos de la Asociación Española de Pediatría (AEP), quienes reclaman la creación de un Registro Nacional de Reacciones Adversas e Incidentes en menores.
Según el presidente de la AEP, Serafín Málaga, en los últimos años se han logrado "mejoras sustanciales" en el ámbito de la seguridad del paciente pediátricos, con avances en las exploraciones médicas, los procedimientos diagnósticos y en la aplicación de terapias. Por ello, en la actualidad, el nivel de calidad asistencial de estos pacientes en España "es alto", según dice.
Sin embargo, "hay que seguir mejorando" en relación con la seguridad de los menores ante las reacciones adversas e incidentes, pues en muchos casos podrían evitarse si se contara con un protocolo de actuación único para toda España.
Además, para el coordinador del Grupo de Trabajo de Calidad Asistencial y Seguridad en el Paciente de la AEP, Antonio Urda, "los fallos en la prescripción, dispensación, administración y la documentación se ven favorecidos, en ocasiones, por una escritura poco legible o una escasa información sobre la dosificación y frecuencia de su uso".
Para evitar estos problemas, la AEP apuesta por la implantación de una historia clínica electrónica y una tarjeta sanitaria única, además de por la prescripción electrónica en la asistencia al paciente pediátricos, tanto en el hospital como en la consulta de Atención Primaria.
Contando con estas herramientas, según los expertos, se podrían evitar errores administrativos, de diagnóstico, de procedimientos y en el proceso asistencial, duplicidades terapéuticas y dosis excesivas, insuficientes o mal ajustadas.
Otra de las situaciones que preocupan a los pediatras en relación con la seguridad del paciente infantil es el escaso porcentaje de reacciones adversas e incidentes que se notifican. Según el doctor Antonio Jurado, miembro de la Junta Directiva de la AEP, en España "se notifican menos del 10 por ciento de las reacciones adversas a los medicamentos", lo que impide aprender de antiguos fallos.
Para solventar esta situación, la AEP propone al Ministerio de Sanidad la creación de un Registro Nacional de Reacciones Adversas e Incidentes en población infantil. Esta iniciativa permitiría facilitar la notificación de este tipo de incidencias y conocer qué se puede mejorar, cuáles son los procesos que pueden suscitar más errores y en qué fase del proceso asistencial suelen darse.
En la actualidad, ninguna comunidad autónoma cuenta con un registro infantil de este tipo y tampoco lo tienen los países de nuestro entorno, sólo Canadá.
Otras medidas para mejorar la seguridad del paciente pediátricos que apuntan desde la AEP son la elaboración de una lista de medicamentos de alto riesgo, con un etiquetado sencillo, llamativo y de fácil identificación; la creación de prospectos claros, que especifiquen los efectos adversos que se pueden derivar de su uso o la correcta identificación del paciente y el procedimiento al que se va a someter.
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