Ginecólogos del Institut Marquès de Barcelona
han demostrado por primera vez que el útero mueve los embriones para que
se implanten correctamente, independientemente del lugar en el que el
médico los haya depositado, lo que cambiará los protocolos de reposo que
se recetaban a las mujeres tras recibir una transferencia de embriones
por temor a su mala colocación o pérdida.
La jefa de Reproducción
Asistida del Institut Marquès, Marisa López-Teijón, ha celebrado el
"avance importante" que supone esta constatación, fruto de dos años y
medio de trabajo, y que ha alumbrado imágenes inéditas sobre los
movimientos lentos, vibratorios, ondulantes y rápidos que se suceden con
fases de reposo.
La investigación, que se presentó este sábado en el congreso
Alpha Conference de Londres --el más importante de fecundación en Gran
Bretaña--, "muestra que no es tan importante como se creía en qué lugar
de la cavidad uterina se despositan los embriones, porque el útero ya se
encarga de colocarlos en el sitio más adecuado".
Para el trabajo se realizaron vídeos de ecografías durante y
hasta cuatro horas después de la transferencia de embriones a 18 mujeres
que habían realizado un ciclo de fecundación 'in vitro'.
"Que el endrometro registra movimientos, ya se sabía", lo que
no se sabía es que estas vibraciones servían para acunar al embrión y
acogerlo en el lugar más adecuado, ha significado la experta.
Los resultados son especialmente significativos teniendo en
cuenta la "preocupación de los ginecólogos" sobre la colocación de los
embriones, así como de la obesión de las pacientes de no moverse y de,
incluso, no ir al baño para no perder los embriones con esta acción.
En algunos centros, las mujeres son incluso ingresadas tras
una transferencia de embriones, lo que el estudio ha cuestionado
frontalmente, después de aseverar que el proceso de acogida del embrión
en una fecundación 'in vitro' es el mismo que se da en una fecundación
natural.
La mayor intensidad de los movimientos del útero puede arrojar
el embrión a una trompa de falopio, lo que hace inviable el 2% de los
embarazos por fecundación 'in vitro', y, en algunas situaciones, había
provocado las acusaciones de las pacientes a los ginecólogos sobre la
"supuesta mala colocación del embrión", ha afirmado López-Teijón,
descartando esta opción a la luz del trabajo.
En las primeras imágenes puede observarse como la microgota de
cultivo que contiene los embriones sale a través del catéter y es
depositada por el ginecólogo de forma suave y aleatoriamente a uno, dos o
tres centímetros de distancia del fondo del útero.
A continuación, se aprecia que la microgota con los embriones
se desplaza por la cavidad endometrial con diferentes movimientos, y en
todos los casos pasada una hora se comprueba cómo la microgota ha
variado su posición respecto a la distancia del fondo del útero.
"Este hallazgo nos permite cambiar las pautas médicas y, en
consecuencia, reducir el estrés que todo esto genera en las pacientes",
ha concluido López-Teijón.
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