Las cápsulas de cannabis no lograron desacelerar el avance de la esclerosis múltiple
en un amplio estudio británico, lo que mina las esperanzas de que la
droga pudiera beneficiar a largo plazo a los pacientes con esta
enfermedad nerviosa.
Pese a las señales prometedoras que se vieron en
estudios previos más pequeños, los investigadores descubrieron que los
pacientes que tomaban cápsulas que contenían tetrahidrocannabinol (THC),
un ingrediente clave del cannabis, no obtenían mejores resultados que
aquellos que recibían un placebo.
El resultado es desalentador para los investigadores,
que pensaban que el cannabis podría ser una terapia viable en el estadio
progresivo secundario de la enfermedad, cuando los pacientes cuentan
con pocas opciones terapéuticas.
Pacientes con esclerosis múltiple (EM) fueron evaluados
en un ensayo conocido como CUPID (siglas en inglés para "uso de
cannabinoides en la enfermedad cerebral inflamatoria progresiva"), según
una escala de discapacidad administrada por neurólogos y otra basada en
el informe de los participantes.
"En general, el estudio no descubrió evidencias que
respalden un efecto del THC sobre el avance de la EM en ninguno de los
resultados principales", indicaron los autores, dirigidos por John
Zajicek, de la Universidad de Plymouth.
Los resultados del estudio, que fue financiado por el
Consejo Británico de Investigación Médica, serán presentados el martes
en el encuentro anual de la Asociación de Neurólogos Británicos, en
Brighton.
El cannabis contiene más de 60 cannabinoides
diferentes, de los cuales el THC es considerado el más activo, y muchos
pacientes con EM dicen desde hace mucho que la droga los ayuda a lidiar
con los efectos de la enfermedad.
Las compañías farmacéuticas también han estado
interesadas en el cannabis como medicina. La británica GW
Pharmaceuticals, junto con Bayer y Almirall, comenzó a vender
recientemente un aerosol sublingual de cannabis llamado Sativex para
aliviar la espasticidad.
David Nutt, profesor de neuropsicofarmacología del
Imperial College de Londres, que no participó en la última
investigación, dijo que el fracaso del estudio no implica que el
cannabis no ayude a los pacientes con EM.
"Sería erróneo interpretar que estos hallazgos
preliminares implican que el cannabis no logra el uso para el que está
autorizado. El cannabis no tiene licencia para limitar el avance de la
enfermedad, sino para aliviar la espasticidad y el dolor", detalló.
El estudio de Zajicek halló ciertas evidencias que
sugieren un efecto beneficioso en los pacientes con menor grado de
discapacidad, pero como se evaluó a un grupo pequeño de personas no está
claro lo fuerte que es ese efecto.
La población general del estudio también experimentó un
avance más lento de la enfermedad de lo que se esperaba, por lo que se
hace más difícil detectar cualquier efecto del tratamiento, agregó el
equipo de investigación.
La EM es una enfermedad en la cual las células del
sistema inmune destruyen la cubierta de mielina que protege las células
nerviosas en el cerebro y la médula espinal.
El tipo más común es la EM remitente-recurrente, que
afecta a alrededor del 85 por ciento de los pacientes al momento del
diagnóstico. Hay varios fármacos para tratar esa etapa de la condición,
incluidas inyecciones de interferón beta y una nueva píldora de Novartis
denominada Gilenya.
La EM secundaria progresiva llega después y consiste en la acumulación sostenida de discapacidad.
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