Investigadores del Centro de Diabetes
Joslin, en Estados Unidos, han observado que la 'grasa buena' se activa
con el frío, y no con efedrina. El hallazgo podría ayudar a luchar
contra la epidemia actual de obesidad. Los científicos han demostrado
que, mientras que un tipo de 'grasa buena' en el cuerpo puede ser
activada por las bajas temperaturas, el medicamento efedrina no causa
los mismos efectos.
El estudio, publicado en 'PNAS', puede conducir al desarrollo de
fármacos, u otros métodos, destinados a la activación de la grasa buena,
conocida como grasa parda -cuando se activa, la grasa parda quema
calorías, y puede ayudar en la batalla contra la obesidad.
"Creemos que los agentes que trabajan de manera similar al frío,
en la activación de la grasa marrón, pueden proporcionar enfoques
prometedores en la lucha contra la obesidad, y reducir al mínimo otros
efectos secundarios", afirma Aaron Cypess, investigador y médico en el
Centro Joslin, y autor principal del artículo. Cypess añade que,
"también, hemos observado que la efedrina no consigue lo mismo que el
frío".
La grasa parda se encuentra en los seres humanos, de forma
natural, y consume calorías para generar calor. Estudios previos han
mostrado que la grasa parda puede ser activada por exposición al frío,
en un proceso llamado 'termogénesis sin temblor'.
Los investigadores han intentado, durante años, encontrar maneras
de activar la grasa parda. La efedrina, un descongestionante y
broncodilatador, se ha utilizado para la pérdida de peso, debido a que
aumenta el número de calorías quemadas.
Sin embargo, tiene efectos secundarios. En este estudio, el equipo
del Centro Joslin trabajó con 10 participantes, que recibieron
inyecciones de efedrina, inyecciones de solución salina (control), o
tuvieron que llevar chalecos de enfriamiento. Después de cada
intervención, la actividad de la grasa parda se midió utilizando
Tomografía por Emisión de Positrones/Tomografía Computarizada (PET / CT,
por sus siglas en inglés).
Los investigadores observaron entonces que la actividad de la
grasa parda no mostró cambios tras la inyección de efedrina y las
inyecciones de solución salina. Sin embargo, después de que los sujetos
llevaran chalecos de refrigeración durante dos horas, la actividad de
esta grasa cambió de manera significativa.
"Ambas intervenciones, las inyecciones de efedrina, y el uso de los
chalecos de refrigeración, dieron lugar a la misma pérdida de calorías",
según señala Cypess; quien añade que, "sin embargo, observamos que la
efedrina no estaba usando la grasa parda para quemar calorías -esta es
la primera vez que se observa que la efedrina no activa la grasa parda".
La exposición al frío estimula el gasto de energía a través de la
grasa parda, lo que sugiere que el frío activa vías simpáticas
específicas. Los agentes que imitan la activación de la grasa parda
mediante el frío podrían proporcionar un enfoque prometedor para el
tratamiento de la obesidad, y reducir al mínimo los efectos secundarios.
Como resultado de los hallazgos, las compañías farmacéuticas lo
tendrán más fácil para encontrar encontrar agentes que estimulen la
grasa marrón, y ayudar, así, a las personas a perder peso. Un método
podría ser, simplemente, el diseño de chalecos de enfriamiento para
ayudar a la pérdida de peso. Un estudio futuro probará los chalecos en
sujetos, durante varias semanas, para comprobar si, así, pueden obtener
los mismos beneficios para la salud que proporcionan varias semanas de
ejercicio.
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