Científicos israelís del consorcio Bonus BioGroup anuncian un logro sin precedentes en medicina: crear huesos humanos para autotransplante en el laboratorio a partir de células madre mesenquimales obtenidas de la grasa del paciente.
Para obtener estas células madre, primero se extrae tejido adiposo del paciente mediante una liposucción.
Una vez conseguidas las células, se introducen en un molde situado en
el interior de un bioreactor, que es una máquina automatizada que crea
las condiciones apropiadas para animar a las células pluripotenciales a
convertirse en células óseas.
Lo realmente novedoso de esta técnica es que no hace falta tomar
hueso sano de alguna otra parte del cuerpo del paciente mediante
cirugía, para emplear luego la muestra extraída allá donde se produjo la
lesión, que es lo que se venía haciendo hasta ahora.
En lugar de eso, la nueva técnica emplea escáners tridimensionales para barrer la zona afectada y crear así una réplica de gel del "hueco" que se necesita cubrir.
Esta réplica de gel se emplea entonces como andamio (o como molde)
para cultivar en su interior las células madre. De este modo, se obtiene
una porción de hueso idéntica a la que necesita el paciente para tratar su lesión.
Como las células provienen del propio paciente, se evita cualquier
clase de rechazo. La técnica fue desarrollada por Bonus BioGroup en
colaboración con científicos del Instituto Technion para la
Investigación en Israel.
Ya se han efectuado con éxito pruebas en ratones. Los científicos
fueron capaces de insertar una porción de dos centímetros de hueso
cultivado en laboratorio en la sección media del hueso de una pata de
rata, donde se fusionó de forma satisfactoria con el hueso del animal.
Por eso mismo, los científicos están a punto de iniciar el primer ensayo con pacientes humanos, que se espera para finales de este mismo año.
En palabras de el profesor Avinoam Kadouri, asesor
científico de BioGroup: "Existe una gran necesidad de crear huesos
artificiales para tratar lesiones traumáticas. Nuestro proceso permite
utilizar estructuras tridimensionales elaboradas con un gel para
fabricar hueso nuevo con la forma y tamaño adecuados, cultivados fuera
del cuerpo del paciente y listos para ser trasplantados en el momento
correcto".
Esta técnica podría permitir a los doctores remplazar huesos
aplastados en accidentes, cubrir zonas en las que aparecen defectos (o
falta) de huesos tal y como sucede en los paladares hendidos
(palatoquisis), o incluso reparar la falta de huesos en las encías o las
pérdidas óseas provocadas por los tumores.
Los científicos israelís se esfuerzan también por replicar el
cartílago blando presente al final de los huesos. Este paso será
necesario si lo que se pretende es reproducir huesos enteros en el laboratorio, para su implantación posterior a los pacientes.
¿Tendremos en un futuro cercano "caderas nuevas" para la abuela en
lugar de las actuales prótesis de titanio? La respuesta muy pronto en tu
quirófano más cercano...
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