lunes, 25 de junio de 2012

Fortalecer el complejo proteico del sistema sanguíneo protege contra la toxicidad de la radiación

Según un nuevo estudio, publicado en 'Nature Medicine', el fortalecimiento de la vía de una proteína en el sistema sanguíneo, protege a los ratones del envenenamiento por radiación. Los científicos de este estudio multi-institucional afirman que sus hallazgos abren la posibilidad de nuevos tratamientos contra la toxicidad de la radiación durante el tratamiento del cáncer, o durante las exposiciones ambientales, como en una explosión nuclear o un accidente.

   Estos nuevos hallazgos sugieren que el aumento farmacológico de la actividad de la vía Thbd-APC, mediante la Thbd recombinante (trombomodulina), o la APC (proteína C reactiva), podría mitigar el daño tisular y la letalidad causada por la radiación ionizante. La APC ha sido objeto de ensayos clínicos en pacientes, y la Thbd recombinante está siendo investigado actualmente para su uso en el tratamiento antitrombótico en los seres humanos.
   El estudio revela una función previamente desconocida de la vía Thbd-APC en la mitigación de la radiación: esta vía es conocida por su capacidad para prevenir la formación de coágulos de sangre, y ayudar a combatir las infecciones del cuerpo. Los investigadores observaron que esta vía ayuda a las células sanguíneas de la médula ósea a recuperarse de una lesión causada por exposición a la radiación.
   En todos los casos, el tratamiento con Thbd o APC, aceleró la recuperación de la actividad de las células progenitoras hematopoyéticas de la médula ósea, y redujo los efectos nocivos de la irradiación letal total del cuerpo.
   Los científicos advierten que su estudio involucra la investigación de laboratorio con ratones, por lo que aún no se han probado estos resultados en los seres humanos. Los beneficios protectores de Thbd-APC se produjeron sólo in vivo en modelos de ratones irradiados. Los investigadores señalan que la sobreexpresión de Thbd en cultivos de células irradiadas de laboratorio no ofreció los mismos beneficios de protección, lo cual indica que sus beneficios protectores depende de la ayuda de otras células o moléculas en el cuerpo, lque los investigadores están tratando de identificar en un estudio de seguimiento.
   El estudio involucró extensas colaboraciones por parte de grupos en el Centro Hospitalario Infantil de Cincinnati; la Universidad de Ulm, en Alemania, la Universidad de Arkansas, el Instituto de Investigación de la Sangre en Milwaukee, en Wisconsin; y el Instituto de Investigación Scripps, en La Jolla, California.

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