MADRID.- Más del 50 por ciento de las mujeres mayores
de 50 años tiene problemas de hipertensión y una de cada tres sufre
diabetes o algún trastorno de metabolismo de los hidratos de carbono o
colesterol elevado, según los datos de la Sociedad Española de
Cardiología (SEC).
Entre los factores de riesgo cardiovascular destacan la edad,
la menopausia, los antecedentes familiares o el grupo étnico al que se
pertenece. No obstante, sobre estos factores no se puede actuar aunque
sí sobre aquellos que influyen en la presión arterial, los lípidos, el
peso corporal, la intolerancia a glucosa o la diabetes, el tabaquismo, y
los niveles de estrógenos.
Asimismo, el hábito de fumar es uno de los principales riesgos
cardiovasculares ya que, aunque el número total de fumadores adultos ha
disminuido en España en los últimos 20 años, el porcentaje de niñas
adolescentes que se inicia en el hábito tabáquico ha aumentado.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), más
de tres de cada diez fallecimientos en España se deben a una enfermedad
cardiovascular. En concreto, en las mujeres, las enfermedades
cerebrovasculares son la principal causa de muerte y, en la actualidad,
es responsable del 35,10 por ciento de los fallecimientos.
Y es que, la edad juega, sin duda, un papel importante tanto
en hombres como en mujeres, con un aumento de la prevalencia de
enfermedad cardiovascular a medida que se envejece. Sin embargo, en el
caso de las mujeres, la aparición de factores de riesgo cardiovascular
va asociado a la llegada de la menopausia.
"La caída de estrógenos que ocurre tras la menopausia se ha
asociado a diferentes mecanismos relacionados con la enfermedad
cardiovascular, como son el desarrollo de la arteriosclerosis, la
alteración de la actividad de los miocitos, deterioro de la reactividad
vascular, modificaciones del perfil lipídico, etcétera", según explica
el miembro de la Junta Directiva de la Asociación Española para el
Estudio de la Menopausia (AEEM), Plácido Llaneza, que estos días celebra
su XII Congreso Nacional en Alicante.
En este sentido, la mayoría de los estudios observacionales a
los que hace referencia este experto muestran un incremento de la
enfermedad cardiovascular tras la menopausia y, en el caso de las
mujeres que sufren un fallo ovárico prematuro o una menopausia precoz,
se registra también un aumento de la morbimortalidad por enfermedad
cardiovascular. "Tras la menopausia, la mujer deja de recibir la
protección natural de los estrógenos y se multiplican algunos de estos
factores de riesgo cardiovascular, incrementándose la prevalencia de
obesidad, dislipemias y diabetes", recalca este experto.
Por su parte, el presidente de la AEEM, Rafael Sánchez
Borrego, recuerda que los avances de la medicina y los conocimientos
actuales permiten establecer diagnósticos precoces y valorar factores de
riesgo, con el fin de poder establecer tratamientos y, lo más
importante, medidas preventivas.
"Es importante que a través de campañas y los profesionales de
la salud, se haga llegar la información y aumentar la concienciación de
mantener hábitos saludables a lo largo de toda la vida, para alcanzar
una madurez, no sólo cumpliendo más años si no manteniendo una buena
calidad de vida e independencia", subraya.
Y es que precisamente, según incide Borrego, el lema del
Congreso este año, 'Rumbo al Bienestar', representa "a la perfección" el
objetivo que consiste en plantear un panorama terapéutico y preventivo
que garantice el envejecimiento femenino saludable de las mujeres
mayores de 40 años y se encaminen al bienestar.
Por otra parte, los expertos destacan la importancia de animar
a la mujer a seguir una dieta correcta que incluya muchos de los
componentes tradicionales de la dieta mediterránea para evitar que se
produzcan este tipo de complicaciones.
"Lo aconsejable es que el consumo de grasa total no supere el
30 por ciento del aporte energético diario, donde las grasas saturadas
deben representar un tercio del consumo de grasa total y haciendo
hincapié en evitar los alimentos que contengan niveles altos de sal",
explica Llaneza.
En segundo lugar, se aconseja la práctica de ejercicio físico
moderado, de forma ideal realizando 30 minutos de actividad física la
mayoría de los días de la semana, con una intensidad que suponga el 65 y
el 70 por ciento de la frecuencia máxima promedio. "En caso de que
exista hipertensión arterial, deberían descartarse otras causas
secundarias de hipertensión y los fármacos de elección durante la
menopausia parecen ser los IECA o los ARAII", precisan los expertos.
Finalmente, si fuese necesario el empleo de estatinas u otros
fármacos útiles para la prevención primaria o secundaria, los
especialistas recomiendan la colaboración del médico especialista en
este campo, ya que muchos de los datos obtenidos con estos tratamientos
provienen de estudios realizados en varones y parece que no funcionan
del mismo modo en las mujeres.
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