Investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas
(CNIO), proponen inducir diferenciación celular para tratar el carcinoma
de células escamosas (SCC), uno de los cánceres de piel más agresivos.
Este nuevo abordaje se desarrolla tras descubrir unos mecanismos
moleculares que favorecen la aparición y el desarrollo del SCC.
Esta investigación podría ser de gran utilidad para el desarrollo
de terapias específicas sin generar resistencias a fármacos. A
diferencia de las terapias convencionales, que tratan de eliminar las
células tumorales y que no son del todo eficaces, las terapias basadas
en la diferenciación pretende convertir las células cancerosas en
células diferenciadas, que quedan latentes en el organismo sin
dividirse, lo que podría eliminar la posibilidad de que se generen
nuevos tumores y, por tanto, resistencias a fármacos.
El trabajo, que publica 'The Journal of Clinical
Investigation', está liderado por Erwin Wagner, vicedirector de
Investigación Básica del CNIO y director del Programa de Biología
Celular del Cáncer BBVA-CNIO.
Los investigadores han descifrado mediante modelos 'in vitro',
modelos genéticos de ratón y tumores humanos, las señales moleculares
por las que la proteína p53, llamada también el guardián del genoma,
previene la formación de estos tumores.
"Hemos demostrado por primera que esta proteína favorece la
diferenciación celular, evitando así la división y ejerciendo un efecto
protector frente a los tumores", apunta Juan Guinea Viniegra,
investigador del CNIO y primer autor del trabajo.
La alteración de estas señales genera una menor diferenciación y
en consecuencia un aumento en la división de las células. "De hecho,
hemos visto que muestras de pacientes con SCC tienen actividades
reducidas de las proteínas que favorecen estos procesos de
diferenciación y una sobreactividad de otras que los inhiben", añade.
Otra de las aportaciones del trabajo ha sido la utilización de
determinados compuestos que provocan diferenciación celular y una
disminución en la división de las células cancerosas. "El siguiente paso
es probar estos compuestos en modelos de cáncer de piel en ratones y
evaluar si también disminuyen la división celular y frenan los tumores",
adelanta el autor.
El carcinoma de células escamosas es un tipo de cáncer de piel muy
agresivo que suele desarrollarse en las zonas del cuerpo expuestas al
sol, aunque puede afectar también a un gran número de órganos, como la
vejiga urinaria, el esófago, los pulmones, etc.
Se sabe muy poco sobre la biología de estas células, lo que
dificulta la generación de nuevas terapias que ataquen específicamente
estos tumores; el tratamiento estándar se reduce a cirugía sumada a
radioterapia en función de las características del tumor.
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