Uno de cada 1.000 pacientes en edad pediátrica
padece una enfermedad rara, y se estima que en España existen más de
tres millones de personas con una patología poco frecuente, según ha
comentado el presidente del XXVI Congreso Nacional de la Sociedad
Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP),
Cristóbal Coronel.
Por este motivo, el experto ha asegurado que es
"imprescindible" que en el abordaje de las enfermedades raras en los
niños exista una "interconexión" de la pediatría de Atención Primaria y
la hospitalaria. "En casi todos los casos suele haber afectación
neurológica, que puede darse al inicio o durante la evolución de la
enfermedad. De ahí la importancia de su detección precoz y tratamiento,
si es posible, antes de que la patología genere discapacidad", ha
argumentado Coronel.
Y es que, según ha explicado, las enfermedades metabólicas
pueden aparecer en "cualquier edad", incluso antes del nacimiento y
hasta la edad adulta aunque, ha apostillado, las de "mayor frecuencia"
se presentan en el periodo neonatal.
Por ello, es "fundamental" que el pediatra de Atención
Primaria adquiera los conocimientos básicos sobre este tipo de
enfermedades, su historia natural, bases moleculares y fisiopatológicas.
Asimismo, es necesario que estos profesionales sanitarios conozcan las
analíticas o pruebas complementarias necesarias, tanto para el
diagnóstico como para la detección de descompensaciones o afectación de
órganos, los tratamientos básicos o los tipos de alimentos permitidos.
"Aunque no podemos olvidar que el correcto diagnóstico y
seguimiento de estos niños requiere de centros de referencia, dotados de
tecnología altamente especializada, los pediatras debemos desempeñar un
papel integrador dentro del tratamiento multidisciplinar que requiere
su atención. El objetivo final de todos es lograr que estos niños
disfruten de la máxima calidad de vida, autoestima, autonomía personal,
social y laboral", ha explicado el especialista.
Por último, Coronel ha insistido en la necesidad de que, para
alcanzar este objetivo, se mejoren las interconexiones y relaciones
entre la Atención Primaria y la hospitalaria, y se coordinen entre las
diversas unidades y servicios tanto para dar el diagnóstico definitivo
como para su posterior seguimiento.
"En definitiva, el pediatra de Atención Primaria debe de dar
apoyo médico a la familia del niño, y ejercer como nexo de unión y
coordinación con los diferentes especialistas implicados en la
patología", ha concluido.
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