El fármaco en investigación solanezumab de la
compañía Lilly contra el Alzheimer ha conseguido un 34 por ciento menos
de pérdida de memoria en pacientes con un grado leve de la enfermedad en
el transcurso de 18 meses, aunque no ha dado beneficios en fases
avanzadas de la enfermedad.
"Estos datos son importantes en vista de la gran necesidad
insatisfecha. Pero en última instancia será la Agencia Estadounidense
del Medicamento (FDA, por sus siglas en inglés) la que juzgue si el
fármaco puede ir al mercado en base a estos datos", ha señalado el
director de Biomedicina de Lilly, David Ricks.
Dicho esto, ha recordado que, en la actualidad, no existen
medicinas que retrasen el avance del Alzheimer y, por este motivo, ha
asegurado que este hallazgo tiene que ser tenido en cuenta por los
reguladores.
El pasado mes de agosto, Lilly reconoció que el fármaco, que
funciona bloqueando la proteína beta amiloide que forma depósitos de
placas en el cerebro, no cumplió con el objetivo primario de detener el
avance de la enfermedad, que afecta la memoria, en pacientes con
síntomas de leves a moderados en dos grandes estudios.
Sin embargo, la compañía indicó que habían algunas señales de
que solanezumab había evitado una disminución cognitiva en personas que
sufrían las primeras etapas de la enfermedad. De este modo, los últimos
resultados confirman que el medicamento no protege significativamente
contra la pérdida de las funciones físicas.
Por su parte, el director del Centro de Investigación de la
Enfermedad de Alzheimer de la Clínica Mayo en Rochester (Estados
Unidos), el doctor Ronald Petersen, ha pedido cautela sobre las
perspectivas del fármaco. "Lo que se ve en los datos es estadísticamente
significativo. Pero es difícil decir que esto será clínicamente
significativo", ha señalado.
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