La alergia alimentaria es el doble de
frecuente en niños que en adultos, según han afirmado los expertos que
están participando en la reunión internacional 'Excellence in Pediatrics', que se está celebrando estos días en Madrid.
En concreto, aseguran que ésta afecta a alrededor del ocho por
ciento de los niños y adolescentes, mientras que la afectación de media
en España es del 3,5 por ciento. Por ello, y a tenor de estos datos,
confirman que la incidencia de esta enfermedad "ha aumentado en los últimos años".
Como explicación, el vicepresidente de la Asociación Española de Pediatría (AEP), el doctor Antonio Nieto, sostiene que "las mejoras en los diagnósticos han permitido detectar más casos". Esta coyuntura también ha repercutido en la posibilidad de "controlarlos de forma precoz", subraya.
En cuanto al momento de los ataques alérgicos, el experto indica que "la mayoría" de ellos se producen en el colegio, "al ser el lugar donde pasan más horas al día".
Por ello, lamenta que "ni el profesorado ni el personal de los centros
educativos cuente con la formación suficiente para manejar correctamente
casos que pueden llegar a ser potencialmente graves".
Nieto apuesta por informar a los centros educativos sobre "qué es, porqué se produce, cómo se detecta y cómo se actúa en caso de una reacción alérgica". A su juicio, con prevención y tratamiento de urgencia "se podría evitar llegar a situaciones en las que la vida del niño puede correr peligro".
Respecto a ellas, observa que "pueden afectar a todo el organismo, provocando un proceso denominado anafilaxia, que puede incluso resultar mortal". Los signos más frecuentes de este proceso, que también ha aumentado su prevalencia, suelen ser "síntomas
cutáneos como urticaria y angioedema, junto con la afectación de
sistemas como el respiratorio, cardiovascular o digestivo", apunta.
Los alimentos que destacan como las causas alimentarias más
frecuentes en los casos de anafilaxia, especialmente en menores de cinco
años, "son la leche y el huevo", aseguran los especialistas. No
obstante, a medida que los niños crecen pueden desarrollar
sensibilizaciones a víveres como el pescado, la fruta o los frutos
secos.
Por ello, estiman como fundamental un adecuado diagnóstico "para evitar dietas restrictivas que puedan provocar déficits nutricionales". Así, en los menores con alergia a múltiples alimentos es necesaria "la coordinación entre el pediatra, el nutricionista y el alergólogo", concluye Nieto.
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