Una persona que no hace al menos 30 minutos
de actividad física no está tan sana como aquella que hace algún
ejercicio físico, explica el catedrático de Fisiología del Ejercicio de
la Universidad Europea de Madrid, el investigador Alejandro Lucía Mulas,
quien entiende que lo deseable sería partir de una hora al día, aunque
con la media hora ya se consiguen beneficios multisistémicos.
Esta recomendación para estar sano, que valdría igual para la
población general como para aquellas personas con enfermedades crónicas,
cáncer o demencias, tiene sus reglas: debe ser diaria y con un esfuerzo
de moderado a vigoroso.
"Los beneficios que se consiguen son a todos los niveles. Hoy en
día hay suficiente evidencia médica para decir que es efectivo tanto por
su valor preventivo, terapéutico y psicológico; y en la mayor de las
enfermedades, desde las crónicas más importantes -cardiovascular,
síndrome metabólico general, obesidad- y en algunos tipos de
cáncer", advierte.
El mejor ejercicio físico, "que no deportivo porque no se trata de competir",
es caminar, aunque entiende que también son beneficiosas subir
escaleras en vez de coger el ascensor, hacer la comprar varias veces a
la semana andando en vez de en coche o recorrer a pie un tramo del
camino al trabajo. Asimismo, acepta, se puede dividir este esfuerzo en
tres tramos diarios de 10 minutos.
A su juicio, todos los médicos debería prescribir a sus pacientes
ejercicio físico. "Igual que se recomienda cuidar la dieta o controlar
el colesterol, los médicos de Atención Primaria deberían prescribir la
actividad física siempre", añade, incidiendo sobre todo en la población
infantil a la que se le debería aconsejar una hora de juego activo al
día.
En definitiva, cualquier actitud no sedentaria mejora la salud de la población, el problema es que "la actividad física está desapareciendo de nuestro estilo de vida diario", aunque admite que en España aún la población "queda tradición de salir a pasear".
El ejercicio físico actúa en el organismo de un modo contrario al
del tratamiento farmacológico. "No hay ningún fármaco conocido que a la
vez mejore la función cardiorrespiratoria, el transporte oxigeno a
sangre, el estado cognitivo de las personas y el equilibrio y el estado
de ánimo, así como la masa muscular que se pierde con la edad
(sarcopenia), como lo hace el ejercicio; además es una de las pocas
intervenciones médicas que tienen un efecto dosis-respuesta", añade.
Concretamente, respecto a la sarcopenia, hace especial hincapié en
los beneficios del ejercicio ya que retrasa el debilitamiento que
produce con el envejecimiento, asimismo combate el aumento de esta
producido por los fármacos. "La única manera de revertir la dependencia que se asocia a la sarcopenia en gente mayor es con actividad física", reitera.
Asimismo, destaca los beneficios para la salud mental, ya que
mejora el estado de ánimo y hay evidencia de que favorece la función
cognitiva, "necesaria para el desarrollo de actividades de la vida diaria", sobre todo en el caso de la población con demencia, a los que ayuda a ser más independientes.
En definitiva el ejercicio facilita que los adultos tengan más
probabilidades de llegar a la vejez sin enfermedades consideradas como
invalidantes, de modo que, asegura, "se pueden encontrar dos personas de
40 años aparentemente iguales, sin ninguna enfermedad diagnosticada,
pero aquel con mejor con situación cardiorespiratoria tendrá más
posibilidades de vivir más años".
Este miércoles investigadores del Instituto Nacional del Cáncer de
Estados Unidos publicaban un estudio que confirmaba que la actividad
física durante el tiempo libre está asociada con una esperanza de vida
más larga, de hasta 4,5 años, e incluso a niveles relativamente bajos de
actividad y de peso corporal. Al respecto, el doctor Lucía, explica que
sí podría haber evidencia de que aumenta la supervivencia, aunque
entiende que es complicado cuantificar debido a la complejidad de los
estudios epidemiológico que supondría comprobarlo.
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