Especialistas del departamento de
Endocrinología y Nutrición de la Clínica Universidad de Navarra han
descubierto que la medición de su índice de masa corporal (IMC) tiene
una tasa de error en el diagnóstico de la obesidad, lo que significa que
hasta un tercio de las personas clasificadas como delgadas realmente
son obesas.
Por este motivo, el equipo de investigadores ha elaborado una
nueva ecuación más precisa que el IMC para el cálculo del porcentaje de
grasa corporal, ya que la grasa es la que establece en una persona la
condición de normalidad, sobrepeso u obesidad.
El trabajo evaluó el grado de error en el diagnóstico del IMC,
cuya fórmula consiste en dividir el peso en kilogramos entre la altura
en metros al cuadrado. Como principales resultados, el trabajo concluyó
que un 29% de las personas que según el IMC se sitúan en el rango de
normalidad ofrecen realmente un porcentaje de grasa corporal propio de
una persona obesa y que un 80% de las personas que, según el mismo
índice, presentan sobrepeso, realmente son obesas.
"Comprobamos que el método del IMC ofrece una altísima tasa de
error en el diagnóstico de personas obesas", advierte el doctor Javier
Gómez Ambrosi, investigador del Laboratorio de Investigación Metabólica
de la Clínica, grupo liderado por la doctora Gema Frühbeck, directora
del Laboratorio y presidenta de la Sociedad Europea para el Estudio de
la Obesidad (EASO).
Ya que "subestima la prevalencia tanto de sobrepeso como de
obesidad que, al fin y al cabo, se definen como un exceso de grasa
corporal y no de peso", han señalado los investigadores que han visto
publicado distintas vertientes de estudio en las revistas científicas
'Obesity', 'International Journal of Obesity' y 'Diabetes Care'.
El método utilizado para comprobar el margen de error que cometía
el sistema del IMC en el cálculo del porcentaje de grasa corporal fue la
pletismografía por desplazamiento de aire. Dicha valoración se realiza
mediante un equipo denominado BOP-POD, cuyo funcionamiento se basa en la
medición del volumen corporal a través del desplazamiento de aire que
produce un cuerpo dentro de una cámara especial (mantiene constante
presión, temperatura y humedad). En definitiva, se trata de un método
específico para medir la composición corporal.
Además, los especialistas establecieron en todos los individuos
estudiados los marcadores sanguíneos de sensibilidad a la insulina, el
perfil lipídico (de riesgo coronario), así como por otros factores de
riesgo cardiometabólico.
Según estos biomarcadores, los investigadores comprobaron que los
factores de riesgo cardiometabólico se encontraban elevados en aquellas
personas delgadas o con sobrepeso, según el IMC, pero clasificados como
obesos según su porcentaje de grasa corporal, en comparación con los
individuos que presentaban índices normales de grasa corporal.
"Hemos demostrado que estos sujetos considerados delgados o con
sobrepeso, que realmente tienen un porcentaje elevado de grasa,
presentan elevadas cifras de presión arterial, glucosa, insulina, así
como de colesterol, triglicéridos y marcadores de inflamación", explica.
En este caso, los especialistas elaboraron una herramienta para
intentar compensar los errores en el diagnóstico de la obesidad que
arroja el IMC. El objetivo de esta nueva fórmula de medición reside en
"que los médicos de Atención Primaria y otros especialistas cuenten con
una herramienta más precisa que el IMC".
Con tal motivo y basándose en los resultados obtenidos del estudio
de los más de 6.000 individuos analizados, el equipo desarrolló una
nueva ecuación, "bastante compleja, pero para cuyo cálculo hemos
confeccionado una hoja excel que puede descargarse en el ordenador
cualquier profesional interesado", subraya el especialista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario