Un nuevo estudio sugiere que las migrañas
(dolores de cabeza intensos, pulsantes, a veces acompañado de náuseas,
vómitos y sensibilidad a la luz) están relacionadas con anormalidades
cerebrales presentes en el nacimiento y otros que se desarrollan con el
tiempo, según las conclusiones publicadas en la revista 'Radiology'.
Algunos pacientes experimentan auras, un cambio en la función
visual o sensorial que precede o se produce durante la migraña, una
condición que sufren más de 300 millones de personas en todo el mundo,
según la Organización Mundial de la Salud. La investigación anterior en
pacientes con migraña ha demostrado atrofia de las regiones corticales
(corteza o capa exterior) en el cerebro relacionadas con el
procesamiento del dolor, posiblemente debido a la estimulación crónica
de dichas zonas.
Gran parte de la investigación que se ha centrado en morfometría
basada en vóxel, que proporciona las estimaciones del volumen cortical
del cerebro. En el nuevo estudio, científicos italianos utilizaron un
enfoque diferente: un método de resonancia magnética basado en la
superficie para medir el grosor cortical.
"Por primera vez, se evaluó el grosor cortical y las alteraciones
superficiales de la zona en los pacientes con migraña, que son dos
componentes de volumen cortical que proporcionan piezas de información
diferentes y complementarias", dijo Massimo Filippi, director de la
Unidad de Investigación de Neuroimagen en la 'Università Ospedale San
Raffaele' y profesor de Neurología en la Universidad de San Vita-Salute
del Instituto Científico Raffaele de Milán (Italia).
"En efecto, la superficie cortical aumenta drásticamente durante
el desarrollo fetal tardío como consecuencia del plegamiento cortical,
mientras el espesor cortical cambia dinámicamente a lo largo de toda la
vida útil como una consecuencia del desarrollo y la enfermedad", agrega
este experto.
El doctor Filippi y sus colegas usaron imágenes por resonancia
magnética (MRI) para adquirir imágenes 3-D cerebrales ponderadas de T2 y
T1 de 63 pacientes con migraña y 18 controles sanos. Mediante el uso de
software especial y el análisis estadístico, se calcula el espesor
cortical y la superficie y se correlacionaron con las características
clínicas de los pacientes y radiológicos.
Comparado con los controles, los pacientes con migraña mostraron
menor espesor cortical y el área de superficie en las regiones
relacionadas con el procesamiento del dolor. Había sólo una mínima
superposición anatómica del espesor cortical y alteraciones corticales
de superficie, con anormalidades corticales de superficie más
pronunciada y distribución de anormalidades de espesor corticales.
La presencia de aura e hiperintensidades en la materia blanca,
áreas de alta intensidad que en la RM parecen ser más comunes en las
personas con migraña, están relacionadas con la distribución regional de
espesor cortical y alteraciones superficiales de la zona, pero no con
la duración de la enfermedad y la frecuencia de los ataques.
"El hallazgo más importante de nuestro estudio fue que las
anormalidades corticales que se producen en pacientes con migraña son el
resultado del equilibrio entre una predisposición intrínseca, como se
sugiere por modificación de superficie cortical, y los procesos
relacionados con la enfermedad, como se indica por anormalidades en el
grosor cortical", concretó el doctor dijo Filippi.
"Las mediciones precisas de anomalías corticales podrían ayudar a
caracterizar mejor a los pacientes con migraña y mejorar la comprensión
de los procesos fisiopatológicos subyacentes a la enfermedad", agregó
este experto, que también reconoció que se necesita investigación
adicional para comprender plenamente el significado de las anomalías
corticales en las áreas de procesamiento del dolor de los pacientes con
migraña.
"Si las anomalías son una consecuencia de la repetición de los
ataques de migraña o representan una firma anatómica que predispone al
desarrollo de la enfermedad es todavía objeto de debate", afirmó. A su
juicio, podría ser que los pacientes con migraña sean más susceptibles
al dolor y a un procesamiento anormal de las condiciones y estímulos
dolorosos.
Los investigadores están realizando un estudio longitudinal del
grupo de pacientes para ver si sus anormalidades corticales son estables
o tienden a empeorar con el transcurso de la enfermedad. También están
analizando los efectos de los tratamientos sobre las modificaciones
observadas de plegamiento cortical y mirando a los pacientes pediátricos
con migraña para evaluar si las anomalías representan un biomarcador de
la enfermedad.
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