martes, 3 de septiembre de 2013

Dormir aumenta las células que producen la mielina en el cerebro

El sueño aumenta la reproducción de las células que participan en la formación del material aislante en las proyecciones de las células nerviosas en el cerebro y la médula espinal conocidas como mielina, según un estudio realizado en animales, cuyos resultados publica este miércoles la revista 'Journal of Neuroscience'. Los hallazgos podrían abrir a la puerta a nuevos puntos de vista sobre el papel del sueño en la reparación y el crecimiento del cerebro.

   Los científicos han sabido durante años que muchos genes se activan durante el sueño y se apagan en los períodos de vigilia. Sin embargo, no estaba claro cómo el sueño afecta a los tipos de células específicas, tales como los oligodendrocitos, que producen la mielina en el cerebro sano y responden a una lesión. Al igual que el aislamiento alrededor de un cable eléctrico, la mielina permite a los impulsos eléctricos moverse rápidamente de una célula a la siguiente.
   En el estudio actual, Chiara Cirelli y sus colegas de la Universidad de Wisconsin, en Madison, Estados Unidos, midieron la actividad genética en oligodendrocitos de ratones que durmieron o fueron obligados a permanecer despiertos. El equipo encontró que los genes que promueven la formación de la mielina se activan durante el sueño y, por contra, los implicados en la muerte celular y la respuesta al estrés celular se encendieron cuando los animales permanecieron despiertos.
   "Estos resultados apuntan a cómo el sueño o la falta de sueño puede reparar o dañar el cerebro", afirmó Mehdi Tafti, que estudia el sueño en la Universidad de Lausanne, en Suiza, pero no participó en este estudio.
   Un análisis adicional reveló que la reproducción de las células precursoras de oligodendrocitos (OPC), las células que se convierten en los oligodendrocitos, se duplican durante el sueño, especialmente durante el movimiento rápido de los ojos (una fase del sueño denominada REM).
   "Durante mucho tiempo, los investigadores del sueño se centraron en cómo la actividad de las células nerviosas es diferente cuando los animales están despiertos frente a cuando están dormidos --subraya Cirelli--. Ahora está claro que la manera en que otras células de apoyo en el sistema nervioso funcionan también cambia dependiendo en gran medida de si el animal está dormido o despierto".
   Además, Cirelli especula con que los resultados sugieren que la pérdida extrema y/o crónica de sueño podría agravar algunos de los síntomas de la esclerosis múltiple (EM), una enfermedad que daña la mielina. De esta forma, señaló que los experimentos futuros pueden examinar si existe o no una relación entre los patrones de sueño y la gravedad de los síntomas de la EM.

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