MADRID.- Las rodillas son las articulaciones más grandes del cuerpo y las que más sufren por el paso del tiempo y los desequilibrios en el peso corporal. Una buena salud muscular es su principal aliado.
El sobrepeso y la edad avanzada son los
principales factores que intervienen en el dolor de rodillas pero
existen también personas delgadas y jóvenes que pueden sufrirlos, debido
en gran medida a que carecen de la masa muscular que rodea y protege a
la rodilla.
Los trastornos que afectan a esta articulación van así desde la artrosis o artritis
que padecen muchos mayores, hasta las lesiones provocadas por el
deporte como las de menisco y ligamentos cruzados pasando por un rango
intermedio en el que se encuentran las causadas por el desgaste de la cara posterior de la rótula (condromalacia rotuliana).
Practicar deporte es uno de los métodos más
populares para mantener bajo control el peso pero algunos de ellos deben
realizarse con mucha precaución pues pueden ser fuente de distintos
tipos de lesiones para la rodilla. El fútbol o el rugby
originan lesiones directas pero otros deportes como el pádel o el tenis
perjudican en gran medida las rodillas, ya que son deportes que fuerzan
cartílagos y partes blandas al ejercer mucha presión sobre la zona.
Desde la Clínica La Luz, de Madrid, Mariano Velázquez, Jefe de la Unidad de Fisioterapia,
aconseja unos fáciles ejercicios para fortalecer las rodillas. Son los
denominados ejercicios isométricos y consisten en contraer los músculos
sin estar en movimiento. Un ejercicio de este tipo puede realizarse
mientras se está tumbado en el sofá, extendiendo una pierna cada vez y
aplicando tensión en ella, como si se intentaran marcar los músculos en
ella.
Existen otros ejercicios beneficiosos denominados propioceptivos
que también ayudan a proteger la articulación. Así, por ejemplo,
Velázquez señala que son tan fáciles como mantenerse en equilibrio unos
instantes sobre un solo pie en una superficie inestable como una manta o
una alfombra de gomaespuma.
El especialista advierte que tan importante es seguir una dieta saludable y realizar ejercicio moderado
como utilizar un buen calzado que evite problemas articulares y de
espalda. Por último, aconseja acudir al especialista lo más pronto
posible a la mínima sospecha de lesión, dolor o inflamación.
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