miércoles, 12 de marzo de 2014

Una nueva prueba de pronóstico de cáncer de mama podría mejorar el tratamiento

LONDRES.- Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Nottingham, en Reino Unido, ha desarrollado una nueva prueba clínica de cáncer de mama que tiene como objetivo mejorar el tratamiento del paciente. El 'Nottingham Prognostic Index Plus' (NPI +) podría estar disponible para los pacientes en dos años.

   Los resultados, publicados en 'British Journal of Cancer', podrían mejorar significativamente la forma en que las pacientes con cáncer de mama son tratadas dando a los médicos una información más detallada sobre el tipo de cáncer de mama y su probable comportamiento, posibilitando un tratamiento más personalizado.
   La investigación, financiada por el 'Medical Research Council', fue dirigida por el profesor Ian Ellis, de la División de Cáncer y Células Madre de la Universidad de Nottingham, en colaboración con colegas de 'Hospitals NHS Trust' y el Centro de Investigación del Cáncer de John van Geest de la Universidad de Nottingham Trent, también en Reino Unido.
   El actual 'Nottingham Prognostic Index' (NPI) fue desarrollado hace más de 30 años y es una herramienta de reconocimiento mundial utilizada por los médicos que tratan a pacientes con cáncer de mama para decidir sobre el riesgo de que la enfermedad vuelva. Sin embargo, el cáncer de mama es ahora conocido por ser una patología biológicamente compleja y sus diversas formas pueden tener resultados muy diferentes, por lo que cuanta más información tengan los médicos sobre el cáncer de cada paciente, mejor podrán planificar tratamientos eficaces.
La nueva prueba NPI + ha sido desarrollada a partir de la NPI anterior al incorporar la medición de las diez proteínas (biomarcadores) que se encuentran en las células del cáncer de mama. Estos biomarcadores incluyen ER y HER2, los dos biomarcadores actualmente usados en la clínica, pero también otros que no se ponen a prueba actualmente.
   Este trabajo es la continuación de una investigación inicial publicada en 'British Journal of Cancer' en octubre del año pasado en la que el equipo describió siete clases de cáncer de mama que utilizan esos diez biomarcadores. A la hora de desarrollar el NPI +, se han tenido en cuenta estos siete tipos de cáncer de mama y se han incorporado otros factores que se puede utilizar en todas las pacientes de cáncer de mama para dar un pronóstico más preciso que el actualmente disponible.
"Con el uso de un panel de diez biomarcadores y más información clínica, podemos clasificar a las mujeres con cáncer de mama en uno de los siete tipos de tratamiento específicos en función de la biología de su cáncer. Creemos que hacer categorías de las mujeres con cáncer de mama en clases de riesgo más específicas permitirá una mejor selección de las terapias, lo que se traducirá en mejores resultados con menores costos y menos ansiedad para el paciente", destaca Ellis.
   A su juicio, NPI + reducirá la incertidumbre de los médicos y los pacientes al disminuir el gran número de pacientes con pronóstico indeterminado y permitir tomar decisiones sobre el tratamiento con mayor información. Además, la capacidad de predecir la supervivencia será bien recibida por los pacientes afectados, según Ellis, quien destaca también que se podrán tomar decisiones más rápidamente rebajando los tiempos de espera y de consultas innecesarias.
   La prueba NPI + fue desarrollada utilizando más de mil muestras de cáncer de mama y se mostró que predice tanto la supervivencia del paciente como los pacientes con riesgo de fracaso del tratamiento, lo que puede ayudar a los médicos a considerar otras formas de terapia para mejorar la supervivencia.
Aunque la tecnología necesaria para medir biomarcadores de proteínas en muestras de tumores ya está en marcha en la mayoría de los laboratorios en Reino Unido, las pruebas de perfiles genéticos de nuevo desarrollo se tienen que enviar a los laboratorios especializados, con costos adicionales y demoras. En todo caso, se prevé que, con algunos trabajos de validación, la prueba NPI + podría estar lista para su uso en la clínica en tan sólo dos años.

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