Investigadores de la Universidad de Ohio, en Estados Unidos, aseguran que los niños pequeños que a los dos años apenas muestran sentimiento de apego hacia sus padres tienen hasta un 30 por ciento más de riesgo de tener obesidad a los cuatro años.
Además, y según los resultados de un estudio que publica la revista 'Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine', la relación entre el desapego y el exceso de peso persiste incluso después de tener en cuenta otros factores que también podrían explicar estos casos de obesidad infantil.
Los psicólogos apuntan que aquellos menores que son más dependientes de sus padres cuentan con una especia de "refugio seguro" que les permite explorar su entorno y adaptarse más fácilmente a personas y situaciones nuevas.
En cambio, los niños con menos apego tienden a experiencias negativas con sus padres, que les hacen responder a situaciones de estrés con miedo, ira o ansiedad, evitando relacionarse con los demás.
Según explica la profesora Sarah Anderson, autora de la investigación, "la hipótesis es que el apego puede reducir el riesgo de obesidad infantil mediante la prevención de las respuestas cerebrales asociadas con el estrés frecuente o puntual, que altera el normal funcionamiento y desarrollo de los sistemas que afectan al peso corporal".
Para corroborar esta hipótesis, Anderson analizó una muestra de datos de un total de 6.650 niños que habían nacido en Estados Unidos en 2001 y se habían sometido a varios análisis, primero a los 24 meses de vida y posteriormente a los cuatro años y medio, para obtener información sobre su salud, nivel de desarrollo y entorno educativo.
Durante el estudio, se observaron determinados comportamientos de los niños como, por ejemplo, si acudían a buscar un abrazo de sus madres y disfrutaban cuando lo hacían o, en cambio, lloraban sin consuelo.
A partir de estas y otras anotaciones, y una vez calculados los índices de masa corporal (IMC) de los niños a los dos y los cuatro años, observaron un 30 por ciento más de riesgo de obesidad en aquellos niños menos seguros a los 24 meses.
"Hemos ajustado por otras variables, ya que podrían encontrarse explicaciones alternativas a esta asociación entre el apego y la obesidad, pero no se encontró una diferencia estadísticamente tan significativa como este 30 por ciento más de probabilidades", ha asegurado Anderson.
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