Científicos del Imperial College de Londres y de la Universidad de Washington, en Estados Unidos, han demostrado que se pueden introducir cambios genéticos en una gran población de mosquitos de laboratorio durante varias generaciones a través de un pequeño número de mosquitos modificados. Este avance, publicado este miércoles en 'Nature', podría ayudar a introducir un cambio genético en la población de mosquitos y prevenir la transmisión del parásito de la malaria a los humanos.
La malaria es una enfermedad que afecta a más de 300 millones de personas cada año y mata a cerca de 800.000 anualmente. En África, un niño muere de malaria cada 45 segundos. Los expertos en Salud Pública han pedido la erradicación de la malaria, pero será necesario antes contar con herramientas mejores y de menor coste. Científicos de todo el mundo buscan nuevas estrategias contra la enfermedad.
Estos investigadores alimentaron a los mosquitos con un gen verde fluorescente, que sirve como marcador que puede observarse fácilmente en experimentos. Después dejaron que estos insectos se mezclaran y aparearan con un pequeño número de mosquitos portadores de un segmento de ADN codificado por una enzima capaz de desactivar de forma permanente el gen fluorescente. Tras cada generación, los científicos contaron cuántos mosquitos todavía tenían el gen fluorescente activo.
Descubrieron que, en experimentos que comenzaron con cerca del 99 por ciento de mosquitos con el gen verde fluorescente, más de la mitad habían perdido su genes verdes marcadores en sólo 12 generaciones. Este estudio es el primer experimento de prueba de principio de este tipo que ha tenido éxito y sugiere que esta técnica podría ser utilizada, de forma similar, para propagar un cambio genético en una población salvaje de mosquitos.
Para el profesor Andrea Crisanti, del Departamento de Ciencias de la Vida del Imperial College de Londres, autor 'senior' de este estudio y líder de este grupo de investigación, "esta es un avance tecnológico emocionante, que espero que prepare el camino hacia encontrar soluciones a muchos problemas globales de salud". "Demuestra un significativo potencial para controlar a los mosquitos portadores de la enfermedad. Esperamos realizar más experimentos para determinar su seguridad y rentabilidad", asevera.
Científicos del Imperial College fueron los primeros en modificar genéticamente especies de mosquitos, a principios de 2000. Después, diversas investigaciones han mostrado que esas modificaciones pueden utilizarse para generar mosquitos menos capaces de trasmitir el parásito de la malaria.
Sin embargo, incluso si esos mosquitos fueran liberados en un gran número, la modificación podría desaparecer rápidamente, ya que la modificación no da ventajas al insecto sobre los mosquitos sin modificación. Así, esta investigación se centra en lo que ha sido un importante obstáculo para el éxito de esta prometedora estrategia para controlar la malaria.
Estos investigadores trabajan ahora para pasar del marcador sintético fluorescente usado en este estudio a los genes que requiere el mosquito para reproducirse o para transmitir la enfermedad.
Con esta tecnología, la liberación de un pequeño número de mosquitos modificados podría generar una dramática reducción del número de mosquitos portadores de la malaria en amplias áreas de países donde esta enfermedad mortal es epidémica en la actualidad. Esto podría facilitar herramientas de salud pública seguras, de menor coste y más efectivas para la erradicación de la malaria. Los científicos esperan que esta investigación adicional dure entre 5 y 6 años.
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