El departamento de ingeniería avanzada de Ford en Aachen (Alemania), en estrecha colaboración con la Universidad Técnica de Renania-Westfalia, ha desarrollado un prototipo de asiento que permite monitorizar la actividad cardíaca del conductor, con el que se pretende reducir el número de accidentes y víctimas derivados de los ataques al corazón al volante.
El prototipo de asiento, que podría vincularse a otros sistemas de seguridad de Ford, utiliza tecnología ECG (electrocardiográfica) que monitoriza los impulsos eléctricos generados por el corazón, convirtiéndolos en señales que pueden ser analizadas por expertos o 'software' médico, y detecta signos de irregularidad que pueden avisar de manera preventiva que el conductor debería buscar atención sanitaria, porque podría padecer un ataque cardíaco u otras dolencias cardiovasculares. Para conseguirlo, en lugar de los electrodos metálicos que se aplican en la consulta médica usando una máquina electrocardiográfica normal, el asiento ECG de Ford tiene seis sensores que detectan la actividad cardíaca a través de la ropa del conductor.
"Este sistema será capaz de detectar si alguien sufre algún problema cardiovascular, por ejemplo un ataque al corazón, y también se podría usar para detectar los síntomas de otras dolencias como alta presión sanguínea o desequilibrios en los electrolitos --asegura el doctor Achim Linder, oficial médico del Centro de Investigación de Ford. Esto no sólo beneficia al conductor, sino que podría hacer que las carreteras sean más seguras para todos los usuarios".
Según la compañía, en sus primeras pruebas, el asiento ha registrado lecturas precisas durante el 98% del tiempo de conducción al 95% de conductores. No obstante, los ingenieros siguen estudiando cómo se pueden fabricar sensores que capten señales a través de un mayor número de materiales, incluyendo aquellos que interrumpen las lecturas con su propia actividad eléctrica, como la lana o determinados tejidos sintéticos.
Las investigaciones del programa IMMORTAL de la Unión Europea, que se desarrolló durante tres años, concluyeron que los conductores enfermos de enfermedades cardiovasculares tienen, un 23% más de posibilidades de media de verse implicados en un accidente de carretera. Para los conductores que sufren de angina de pecho, la cifra sube hasta un 52%.
Teniendo en cuenta que el 23% de la población europea tendrá 65 años o más en 2025, y que esta cifra llegará al 30% en 2050, calculan que el número de conductores con riesgo de sufrir ataques cardíacos aumentará en las próximas décadas.
Asimismo, Ford también está haciendo pruebas con el prototipo de asiento para entender cómo podría combinarse con otros sistemas avanzados de vehículos Ford para avisar al conductor que se detenga y busque atención médica, o incluso enviar una alerta a servicios médicos si fuese necesario.
En este sentido, Lindner dice que el teléfono móvil podría jugar un papel clave como interfaz para cualquier futura aplicación tecnológica. Conectado a un sistema como Ford SYNC con MyFord Touch, que llegará a Europa en 2012, el asiento con monitorización cardíaca tiene el potencial de utilizar el teléfono móvil del conductor para enviar un mensaje a centros médicos, alertando al personal sanitario de actividad cardíaca irregular. El asiento también se podría vincular a la function de Emergency Asssitance del SYNC para informar a los equipos de urgencias del estado cardiovascular del conductor antes, durante y después de un accidente.
Entre otros dispositivos, Ford también está explorando las posibilidades de avanzar en tecnologías de seguridad como el Aviso de cambio de carril con la Ayuda de mantenimiento de carril, el sistema de velocidad a bajas velocidades en ciudad y el limitador de velocidad, que podrían combinarse con el asiento monitor para proteger a los conductores en caso de dificultades cardíacas.
Igualmente, están estudiando cómo el asiento puede ser utilizado para mantener en observación a pacientes con afecciones cardíacas y permitir a sus médicos mantener un seguimiento de su actividad cardíaca que puede transmitirse a profesionales de la medicina y reducir la necesidad de visitas al hospital.
"Aunque se trata de un proyecto de investigación, esta tecnología podría ser un avance importante --dice Lindner--. Como pasa siempre en el campo de la medicina, cuanto antes se detecte una dolencia, más fácil será tratarla, y esta tecnología tiene el potencial de ser fundamental en el diagnóstico temprano de afecciones cardíacas".
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