La Universidad de Zaragoza y el Instituto
Aragonés de Ciencias de la Salud (IACS) colaboran en un estudio pionero
con el que pretenden dilucidar la relación existente entre las distintas
clases de risa y los estados emocionales, lo que servirá para entender
un poco mejor el comportamiento emocional del ser humano.
El estudio consistirá en recoger archivos de audio con grabaciones
de risa de voluntarios que quedarán alojadas en la red social
'Feelicity' (www.feelicity.es),
en la que hay un apartado en el cual se selecciona el archivo audio con
la risa, grabado previamente, y se sube a la aplicación.
Los archivos serán almacenados y una vez se desarrolle la
plataforma precisa para realizar el estudio, se comenzará con el
análisis de cada una de ellas.
Según los expertos, clasificar y agrupar automáticamente esos
tipos de risa servirá para entender un poco mejor el comportamiento
emocional del ser humano.
La iniciativa se inscribe en el proyecto Explora, titulado
'Estudio Neurocomputacional de la Risa: aplicación a nuevas tecnologías
de diagnóstico psiquiátrico', del Ministerio de Economía y
Competitividad.
Y es que como reconocen los impulsores de la iniciativa, la risa
apareció mucho antes que el habla, y se ha usado como respuesta y
expresión de múltiples situaciones y estados. Pese a todo, no deja de
ser una señal acústica, muy parecida al lenguaje pero con una serie de
características propias, temporales y frecuenciales con una gran
variabilidad.
Esa variabilidad se utiliza para llevar información al oyente, qué
nos ha hecho reír y cómo nos sentimos. Según el ritmo y la melodía, es
decir, según la duración y espaciado de la carcajada y sus frecuencias,
se puede indicar si nos ha sorprendido gratamente algo, si nos gusta una
persona o su forma de ser o si queremos incluir o excluir a alguien de
nuestro grupo social.
De este modo, explican al Servicio de Información y Noticias
Científicas (SINC), el poder agrupar esos tipos de risa ayudarán a
comprender los estados emocionales del ser humano.
Uno de los principales inconvenientes en el estudio, según
apuntan, es la imposibilidad de reproducir risas naturales y espontáneas
en el laboratorio.
Por eso, "toda grabación de una situación alegre, feliz, cómica,
sería de gran ayuda para la realización del estudio. Con el móvil y una
pequeña descripción del contexto (saludando a viejos amigos, riéndome
con la pareja, ante un buen chiste), y sin mucho ruido o conversaciones
de fondo, se puede aportar una información muy importante".
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