Investigadores de las universidades de
Concordia (Canadá), Sycaruse y Virginia Occidental (Estados Unidos) y el
Hospital Universitario de Ginebra en Suiza han descubierto el sitio
exacto del cerebro en el que se originan los sentimientos que se
experimentan cuando alguien está enamorado.
En concreto, han descubierto que el amor está en la misma zona
cerebral de la adicción a las drogas y, asimismo está vinculado al lugar
donde se origina el deseo sexual, si bien matizan que ambas zonas están
separadas.
Estudios del cerebro previos ya habían demostrado que las
emociones humanas se originan en el llamado sistema límbico, un conjunto
de estructuras importantes que incluyen el hipocampo y la amígdala,
entre otras. En esta región se controlan las emociones, la conducta, la
atención, el estado de ánimo, la memoria, el placer o la adicción.
Hasta ahora, sin embargo, había sido muy difícil ubicar el lugar
exacto del amor, porque tal como señalan los expertos, a diferencia de
otras emociones "concretas" como la ira o el placer, es mucho más
complejo y abstracto y parece involucrar muchas áreas del cerebro.
Para este trabajo, se revisaron 20 estudios que habían analizado
la actividad cerebral del amor y el deseo sexual, cuyos participantes se
sometieron a escáneres de fMRI (imágenes de resonancia magnética
funcional) para observar la actividad de su cerebro mientras estaban
comprometidos en tareas relacionadas a imágenes eróticas o a observar la
fotografía de la persona de quien estaban enamorados.
Los resultados de los estudios revelaron que dos estructuras del
cerebro en particular, la ínsula y el núcleo estriado, eran las
responsables tanto del deseo sexual como del amor. La ínsula es una
porción de la corteza cerebral que está plegada en una zona entre el
lóbulo temporal y lóbulo frontal, mientras que el núcleo estriado está
localizado cerca, en el cerebro anterior.
Los científicos observaron que tanto el amor como el deseo sexual
activan diferentes áreas del núcleo estriado, que a su vez se activa
también con otras cosas que producen placer, como la comida.
Pero el área del núcleo estriado que se activa con el amor es
mucho más compleja y, aunque también se activa con el placer o deseo
sexual, sólo funciona cuando hay algo con "un valor inherente" para
activarla, han explicado los científicos.
"Nadie había colocado estos dos sentimientos juntos para ver
cuáles eran los patrones de activación", ha explicado a la BBC el profesor Jim Pfaus,
director del estudio.
Este experto ha reconocido que, aunque pensaban que ambos estarían
"completamente separados", los estudios han concluido que mientras el
placer es más específico "el amor es más abstracto y complejo y, por lo
tanto, menos dependiente de la presencia física de otra persona".
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