Un 20% de los españoles está sometido a
niveles de ruido que sobrepasan los considerados como adecuados para
garantizar una buena salud, según el estudio 'Ruido y Salud', elaborado
por el Observatorio Salud y Medio Ambiente DKV Seguros-GAES con motivo
del Día Mundial Contra el Ruido, que tiene lugar este miércoles. El
texto revela además que este fenómeno está relacionado con la aparición
de problemas auditivos, cardiovasculares y psiquiátricos.
Investigaciones anteriores ya alertaban de que España era el
segundo país, después de Japón, más ruidoso del mundo. No obstante, el
autor principal del estudio presentado este martes, Jesús de Osa, ha
matizado que establecer qué zonas son las más ruidosas es complicado ya
que responde a varios parámetros.
Las principales fuentes de ruido en España son el tráfico, los
aeropuertos y conciertos. Sin embargo, y a pesar de que existen
investigaciones que relacionan las exposición frecuente al ruido del
tráfico con una mayor predisposición a padecer enfermedades
cardiovasculares, como hipertensión, angina de pecho o infarto de
miocardio, los españoles tienen más quejas del ruido procedente del ocio
nocturno.
En esta línea, el estudio apunta a que, en zonas ruidosas, por
cada decibelio que supera el umbral de los 65 los ingresos
hospitalarios aumentan en un 5,3 por ciento. Este hecho responde a que, a
partir de estos niveles de ruido, el organismo responde activando las
respuestas hormonales nerviosas y provocando un aumento de la tensión
arterial, la frecuencia cardiaca y la vasocontrucción.
Asimismo, recientes estudios sugieren la posible influencia
del ruido con los infartos cerebrales. En concreto, por cada 10
decibelios que se incrementa el nivel de ruido por encima de los límites
recomendados, las posibilidades de sufrir un ictus aumentan un 14 por
ciento en mayores de 65 años.
Por otra parte, y a pesar de que la principal causa de
trastornos auditivos provocados por el ruido ha sido la exposición
continuada en el entorno laboral durante 8 horas diarias a niveles que
podían superar los 80 decibelios sin utilizar las protecciones
adecuadas, estudios actuales apuntan a que entre un 5 y un 10 por ciento
de las personas que suelen escuchar música con auriculares pueden
adelantar la aparición de problemas auditivos 20 años.
De este modo, los expertos recomiendan que los auriculares con
los que se escucha música no se utilicen más de una hora diaria y que
su volumen no exceda el 60 por ciento.
En relación al ruido que se produce por la noche, el estudio
señala que, si sus niveles sobrepasan los 30 decibelios, lo recomendado
por la Organización Mundial de la Salud (OMS), se producen alteraciones
del ciclo y de la profundidad del sueño que, a su vez, se traducen en
fátiga y en un estado de ánimo depresivo.
"El ruido es capaz de alterar la compleja estructura del
sueño. El ruido puede causar trastornos, puesto que es una fuente
importante de estrés", ha precisado De Osa.
Por otro lado, la contaminación acústica también puede
provocar trastornos de aprendizaje y memoria, disminuir la motivación e
incrementar la agresividad.
En esta línea, y en el caso concreto de los niños que viven en
hogares ruidosos, el estudio revela que suelen presentar un menor
desarrollo cognitivo y una peor compresión lectora.
En general, el presidente de la Sociedad Española de
Otorrinolaringología, Primitivo Ortega, ha reconocido que este estudio
tiene una "utilidad tremenda" a la hora de informar de que el ruido es
una "enemigo" grande y de que, en un "ambiente ruidoso", no se puede
convivir.
En este sentido, el director general de GAES, Antonio Gassó,
ha subrayado la importancia de este estudio a la hora de "hacer más
ruido" para concienciar sobre cómo reducirlo.
De esta manera, en relación con el Día Mundial del Ruido, ha
señalado que, en varias ciudades españoles, aparecerá el 'cazaruidos',
"agente que recorrerá las calles repartiendo 10.000 tapones y 10.000
tarjetas con consejos para tener una vida más sana auditivamente".
Con todo, Osa ha considerado "esencial" trabajar por una
movilidad sostenible, mantener conversaciones tranquilas, evitar los
lugares de ocio ruidosos o, por lo menos, mantenerse lejos de los
altavoces, no gritar y comprar electrodomésticos silencioso. Por último,
ha matizado que, aunque el ruido es "subjetivo", la molestia es su
primera consecuencia y el daño es su principal evidencia.
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