El 60 por ciento de los niños españoles no duerme las 10 horas recomendadas y, de ellos, el 30 por ciento tiene síntomas de somnolencia diurna, advierte el director del Instituto de Investigaciones del Sueño, el doctor Diego García Borreguero, con motivo de la presentacióneste miércoles del programa educativo 'I Have a Dream' con el que se pretende impulsar buenos hábitos en este campo.
De este modo, este experto ha subrayado la importancia que cobra dormir las horas estipuladas durante la infancia, pues "el crecimiento del sistema nervioso depende de cuantas horas se duerma". Además de que "no dormir lo suficiente" predispone a la diabetes y obesidad. "No dormir lo suficiente va a cobrar un precio", ha advertido.
Asimismo, durante la primera hora de sueño se produce el 60 por
ciento de la secreción total de la hormona de crecimiento. En general,
"el sueño juega un papel fundamental en muchas esferas del desarrollo
infantil tales como la conducta, el rendimiento escolar y el
crecimiento", ha señalado.
Sin embargo, García Borreguero ha lamentado que, desde 1985 hasta
la fecha, la hora de acostarse se ha retrasado unos 30 minutos. "Existe la tendencia creciente a que se acuesten cada vez más tarde", ha remarcado.
En este sentido, el director del Instituto de Investigaciones del
Sueño ha señalado que el 66 por ciento de los niños de entre 10 y 15
años deciden ellos mismos la hora a la que se van a dormir. En este
fenómeno, ha dicho, juega un importante papel la exposición a la
televisión por la noche, "que va a mandar una señal errónea al cerebro" y, de esta manera, el niño va a estar más tiempo en vigilia.
De este modo, al dormir menos horas, el niño, durante el día, está "más disperso",
aprende "peor", lo que puede dar lugar al síndrome de déficit de
atención. Además de que el niño está más "irritable" y cuenta con
dificultades a la hora de relacionarse con los demás.
Por ello, este experto ha subrayado la importancia de que, desde pequeños, establezcan unas rutinas "que favorezcan el sueño", ya que dormir mal durante la infancia "predispone a los trastornos del sueño"
en la vida adulta. "Las alteraciones del sueño son frecuentes en la
edad infantil y,a diferencia de lo que ocurre en el adulto, afectan
también y de manera intensa a la calidad de vida de su entorno
familiar", ha insistido.
Unos buenos hábitos de higiene del sueño pasan por utilizar la luz
natural siempre que sea posible, apagar las luces que no sean
necesarias e intentar no recibir luz en los ojos directamente. A este
respecto, este experto ha asegurado que la importancia que juega la luz a
la hora de fomentar el sueño "está menos explorada" pese a que existe más documentación científica.
En este sentido, ha puesto como ejemplo a padres que acuden a la
consulta explicando que sus hijos padecen el síndrome de fase de sueño
retrasada, al acostarse a las 3 ó 4 de la mañana. Entonces, la primera
medida que establecen los profesionales es la de colocarles unas gafas
oscuras y exponerles a luces a "determinada distancia" por las mañanas.
Se trata de que el organismo reciba luz a primera hora de la
mañana y oscuridad por la noche, pues la secreción de melatonina,
sustancia liberada en el cerebro en condiciones de oscuridad, fomenta el
sueño. "Jugando con la luz y oscuridad se adecua el sueño de los niños", ha insistido
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