martes, 11 de diciembre de 2012

Identificadas dos proteínas "clave" en la agresividad del cáncer infantil en tejidos blandos

Científicos del Vall d'Hebron Instituto de Recerca (VHIR) de Barcelona han identificado dos proteínas "clave" implicadas en la agresividad y la capacidad de metástasis de los rabdomiosarcomas, un tipo de cáncer infantil que representa un 8 por ciento del total de cánceres que aparecen en la edad más temprana y que es el más común en los tejidos blandos.

   La investigación, que publica la revista 'British Journal of Cancer', desarrolla otro trabajo previo del mismo laboratorio de investigación en cáncer pediátrico del VHIR, que data de hace año y medio, cuando se identificó la implicación de una vía de señalización en la agresividad de este tipo de cánceres, y que fue bautizada como 'vía Notch'.
   De hecho, las dos proteínas identificadas ahora --la integrina-alfa2 y la N-cadherina-- representan un paso más en el conocimiento de dicha vía, cuya función los investigadores ya habían identificado como clave en la proliferación celular, el crecimiento y la diferenciación de las células de rabdomiosarcoma.
   Las proteínas identificadas están relacionadas con la adhesión de las células tumorales, la velocidad a la que se pueden mover y su capacidad invasora o de germinar en otros órganos, por lo que los científicos creen que su inhibición podría ralentizar o bloquear el proceso de metástasis.
   En el estudio, el VHIR ha logrado crear anticuerpos monoclonales que bloquean la acción de estas proteínas, lo que se ha traducido en una disminución de la capacidad invasiva de las células tumorales 'in vitro', si bien es un tratamiento "muy experimental" que precisará de validaciones y ensayos clínicos posteriores.
   Los rabdomiosarcomas afectan a entre 80 y 90 niños cada año, en forma de tumores malignos que pueden aparecer en gran variedad de localizaciones y que según su subtipo histológico y molecular pueden ser más o menos agresivos.
   En los casos más favorables presentan una curación de entre el 80 y el 90 por ciento, pero si la enfermedad se detecta en fase avanzada o cuando ya existe metástasis, el pronóstico es más desfavorable y la tasa puede caer al 65 por ciento.
   "Conocer las vías de señalización celular responsables de la agresividad de los rabdomiosarcomas permitirá identificar qué tumores tienen más capacidad para hacer metástasis a distancia y nos permitirá incorporar una nueva estrategia terapéutica a la quimioterapia estándar", ha indicado la responsables del estudio, Soledad Gallego.

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