lunes, 20 de junio de 2011

Un marcador específico puede ayudar al diagnóstico precoz del Alzheimer

Un nuevo trazador de imagen molecular de Bayer Healthcare todavía en desarrollo puede ser una buena herramienta diagnóstica contra el Alzheimer que ayude a mejorar el manejo y cuidado de estos pacientes, según los últimos resultados que publica la revista 'The Lancet of Neurology'.

   En dicha publicación se presentan datos de un estudio multicéntrico en fase II realizado en 18 centros de Estados Unidos, Australia y Europa, y los hallazgos se basan en la detección de las placas beta-amiloides que se acumulan en el cerebro de los pacientes con Alzheimer, a través de una exploración por tomografía por emisión de positrones (PET, en sus siglas en inglés), y mediante el uso de un marcador específico desarrollado por Bayer HealthCare.
   De este modo, los resultados muestran imágenes PET con una especificidad de más del 90 por ciento en la diferenciación del paciente frente al paciente sano.
   Además, más del 90 por ciento de los voluntarios sanos tuvieron un estudio con PET negativo, es decir, sin captación o retención del marcador en las regiones cerebrales relevantes, mientras que aproximadamente el 80 por ciento de los pacientes con sospecha clínica de enfermedad de Alzheimer tuvieron un estudio con PET positivo.
   Estos resultados están en línea con los de los estudios que comparan el diagnóstico clínico con el diagnóstico definitivo histopatológico post-mortem, hasta ahora el único diagnóstico certero de la enfermedad.
   Según asegura José Luis Molinuevo, de la Unidad de Alzheimer del Servicio Neurología del Hospital Clinic i Universitari de Barcelona, "este nuevo trazador podría suponer un avance en la precocidad del diagnóstico, y aporta beneficios tanto para el paciente, a nivel médico, personal y social, y también desde el punto de vista médico de abordaje precoz de la enfermedad, ya que facilita el manejo clínico permitiendo adelantarnos a la aparición de los síntomas más incapacitantes".
   "Si consideramos que en el futuro dispondremos de fármacos que modifiquen el curso evolutivo, es evidente que su utilización deberá aplicarse, si no es viable en la fase preclínica, al menos en la fase prodrómica de la enfermedad, años antes de la aparición de demencia", asegura.
   Además, en la actualidad se están desarrollando varios ensayos clínicos en fase II y III sobre la enfermedad centrados en estrategias de tratamiento para lograr la reducción de la carga de placa beta-amiloide en el cerebro.
   Estos estudios ofrecen esperanza de desarrollo de tratamientos modificadores de la enfermedad basados en la histopatología que podrían retrasar la progresión de la enfermedad pero, para que esto sea posible, es necesario un correcto y temprano diagnóstico.
   Todo ello proporcionaría a la comunidad médica y a los propios pacientes, además de un diagnóstico más preciso --actualmente en la literatura se refleja que en el análisis post-mortem el 30 por ciento de los pacientes fueron mal diagnosticados-- la posibilidad de ofrecer más claridad y perspectivas a quienes viven con la enfermedad, lo que les ayudará a planear mejor su futuro ya que si se diagnóstica antes, se podrán tomar medidas preventivas y de tratamiento que mejoren la calidad de vida de los pacientes y retrasen la aparición de la demencia.

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