Los pacientes con depresión o diabetes tienen riesgo de sufrir un infarto cardíaco. Pero un nuevo estudio concluye que la combinación de ambas enfermedades lo aumenta aún más.
"Los modelos de atención colaborativos entre cardiología, salud mental y atención primaria mejorarían los resultados en esta compleja población de pacientes", sugieren los autores. Existen evidencias de que la depresión agrava los resultados cardiovasculares en pacientes con diabetes tipo 2.
Para determinar qué ocurre con el infarto, el equipo de Jeffrey F. Scherrer, de St. Louis Veterans Affairs Medical Center, Missouri, analizó datos de Veterans Administration sobre medio millón de pacientes sin enfermedad cardiovascular en 1999 y el 2000.
La cohorte incluyó 77.568 pacientes con trastorno depresivo mayor (TDM); 40.953 con diabetes tipo 2; 12.679 con TDM y diabetes tipo 2, y 214.749 sin ninguna enfermedad.
En los 7 años de seguimiento, las tasas de infarto cardíaco fueron del 3,5 por ciento en el grupo con TDM, del 5,9 por ciento en el grupo con diabetes, del 7,4 por ciento en el grupos con ambas enfermedades y del 2,6 por ciento en el grupo control, según publica Diabetes Care.
El uso de un antidepresivo durante por lo menos 12 semanas estuvo significativamente asociado con una reducción del riesgo de sufrir un infarto agudo de miocardio.
"El estudio confirma que el TDM está asociado con una mayor probabilidad de sufrir un infarto cardíaco en las personas con diabetes tipo 2", concluyó el equipo.
Los autores sugieren que varios mecanismos biológicos podrían explicar los resultados. Por ejemplo: el TDM alteraría el autocontrol de la diabetes y elevaría el sedentarismo y otros factores de riesgo conductuales.
Además, induciría cambios fisiológicos; los pacientes deprimidos tienen niveles anormales de glucosa y de tolerancia a la glucosa, como así también una mayor coagulación y fibrinólisis sanguíneas.
En cambio, la resistencia a la insulina en los diabéticos tipo 2 interferiría con los tratamientos del TDM, lo que dificultaría su rescate de la depresión.
"Es posible que quienes tuvieron depresión y/o diabetes durante períodos prolongados tengan más riesgo (que los pacientes estudiados) de sufrir de un infarto cardíaco incidental", señalaron los autores.
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