Si las predicciones de Aubrey de Grey son ciertas, la primera persona que vivirá para celebrar su cumpleaños número 150 quizá ya nació. Y el primer ser humano en vivir por 1.000 años podría ser apenas 20 años menor.
Gerontólogo y jefe científico de una fundación dedicada a la investigación de la longevidad, De Grey considera que dentro de su propio período de vida, los médicos podrían contar con todas las herramientas que necesitan para "curar" el envejecimiento.
Eso podría evitar enfermedades que llegan con el paso de los años y extender la vida indefinidamente.
"Diría que tenemos una posibilidad 50/50 de llevar el envejecimiento a lo que yo llamaría un nivel decisivo de control médico dentro de los próximos 25 años aproximadamente", señaló De Grey en una entrevista previa a brindar un discurso en la academia de ciencia de la Royal Institution británica.
"Y a lo que me refiero como decisivo es a la misma clase de control médico que tenemos actualmente sobre muchas enfermedades infecciosas", añadió.
De Grey cree que llegará un momento en que las personas irán al médico para un "mantenimiento" regular, el cual incluirá terapias genéticas, tratamientos con células madre, estimulación inmunológica y una serie de otras técnicas médicas para mantenerse en buena forma.
El experto vive cerca de la Universidad de Cambridge, donde obtuvo en el 2000 su doctorado, y es jefe científico de la entidad benéfica con sede en California llamada Fundación SENS, que co-fundó en el 2009.
De Grey describe el envejecimiento como una acumulación en la vida de varios tipos de daño molecular y celular en todo el cuerpo.
"La idea es lograr lo que podría denominarse 'geriatría preventiva', adonde uno acude para reparar periódicamente ese daño molecular y celular antes de que alcance un nivel de abundancia que sea patogénico", explicó.
Saber exactamente cuánto y cuán rápido aumentará la expectativa de vida en el futuro es un tema de debate, pero la tendencia es clara. Actualmente se suma por año un promedio de tres meses a esa expectativa de vida y los expertos estiman que podría haber un millón de centenarios en el mundo en el 2030.
Hasta el momento, la persona que más vivió en el mundo lo hizo hasta los 122 años y, solamente en Japón, en el 2010 había más de 44.000 personas centenarias.
No obstante, algunos investigadores señalan que esa tendencia a un mayor lapso de vida podría verse perjudicada por una epidemia de obesidad que actualmente se está expandiendo desde las naciones ricas al mundo en desarrollo.
Las ideas De Grey parecerían muy lejanas, pero ningún biólogo molecular obtuvo los 20.000 dólares que ofreció la revista Technology Review, del Instituto de Tecnología de Massachusetts, como recompensa a quien demostrara que la teoría del jefe de SENS era "tan equivocada que no merecía debate".
Con todo, para algunos el pronóstico de vivir cientos de años no es particularmente atractivo, sobre todo si implica una imagen de generaciones de personas mayores enfermas y débiles y sociedades cada vez más difíciles de manejar.
Pero De Grey manifiesta que no es eso para lo que está trabajando. El principal foco es mantener bajo control las enfermedades letales de la ancianidad.
"Esto no es para nada una cuestión de mantener vivas a las personas en una mala condición de salud", dijo el experto.
"Esto se trata de evitar que las personas enfermen como consecuencia de la edad. Las terapias específicas en las que estamos trabajando sólo llevarán a una vida más prolongada como efecto secundario de generar una mejor salud", añadió.
De Grey divide el daño causado por el envejecimiento en siete categorías principales, para las que deben desarrollarse técnicas de reparación si es que su predicción de mantenimiento continuo va a volverse realidad.
El científico señaló que mientras que en algunas categorías la ciencia aún está en sus etapas más iniciales, hay otras donde ya casi ha llegado a la meta.
"La terapia con células madre es una gran parte de esto. Está diseñada para revertir un tipo de daño, que es la pérdida de células cuando mueren y no son reemplazadas automáticamente, y ya está en ensayos clínicos (con seres humanos)", explicó.
Las terapias con células madre actualmente están siendo probadas en personas con lesiones en la médula ósea y De Grey y otros expertos señalan que algún día podrían usarse para hallar formas de reparar cerebros y corazones dañados por dolencias.
Las enfermedades cardiovasculares son las principales causas de muerte relacionadas con la edad en todo el mundo y De Grey considera que resta un largo camino por recorrer en esto, aunque los investigadores encontraron el sendero a seguir.
Las cardiopatías que causan insuficiencia cardíaca, infartos y accidentes cerebrovasculares se producen por la acumulación de ciertos tipos de lo que De Grey llama "basura molecular": subproductos de los procesos metabólicos del cuerpo que nuestro organismo no puede destruir o excretar.
"La basura se acumula dentro de la célula y finalmente influye en la forma de funcionamiento celular", indicó.
De Grey está trabajando con colegas de Estados Unidos para identificar enzimas en otras especies que pueden eliminar la basura y limpiar sus células, y el objetivo posterior es desarrollar terapias genéticas para brindar esa capacidad a los seres humanos.
"Si pudiéramos hacer esto en el caso de ciertas formas modificadas de colesterol que se acumulan en las células de las paredes arteriales, entonces simplemente no tendríamos enfermedad cardiovascular", señaló.
De Grey se rehúsa a efectuar predicciones firmes sobre cuánto podrán vivir las personas en el futuro, pero manifiesta que con cada avance importante en longevidad, los científicos ganarán tiempo para realizar más avances científicos.
Según su punto de vista, esto implica que la primera persona que viva 1.000 años probablemente nacerá menos de 20 años después que el primer ser humano que cumpla 150.
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