El Proyecto Salvavidas, entidad certificadora
de espacios cardioprotegidos por la Sociedad Española de Medicina y
Seguridad del Trabajo, ha lanzado una aplicación gratuita para iPhone y
iPad que permite a sus usuarios saber dónde se encuentran los
desfibriladores más cercanos a su posición para poder actuar "de forma
inmediata".
La aplicación, que se llama 'SOS-112', incorpora la
localización de más de 300 desfibriladores, incluyendo dispositivos
instalados en lugares públicos y entidades privadas, y el objetivo es ir
incorporando progresivamente a los más de 3.000 desfibriladores que hay
actualmente en España.
"Cuanta más gente lo conozca, mejor para todos", ha asegurado
Rubén Campos, director general del Proyecto Salvavidas, ya que "así la
gente sabrá donde acudir en caso de urgencia".
Además, la aplicación permite acceder a videos explicativos
que enseñan a manejar el desfibrilador y cómo actuar ante un
atragantamiento una reanimación cardiopulmonar, tanto en niños como en
adultos.
La ventaja, según ha explicado Campos, es que los videos se cargan en el dispositivo, lo que "no
hace necesario tener conexión a Internet para poder verlos".
De igual modo, la aplicación también incorpora un botón con el
que se llama automáticamente al teléfono de emergencias 112, para
solicitar asistencia de urgencia al tiempo que se comienza con los
primeros auxilios.
El objetivo es mejorar el manejo de estas situaciones ya que,
como ha recordado este experto, en España sólo un 7 por ciento sabe
hacer una reanimación cardiopulmonar, frente al 80 por ciento de la
población de Finlandia. "Cuanta más gente sepa, más vidas salvaremos",
ha aseverado.
Además, el director general del Proyecto Salvavidas ha
avanzado que antes del verano estará disponible esta aplicación para
móviles Android, también gratuita.
Siempre lejos
Más del 75 por ciento de las víctimas de un
paro cardiaco se encuentran muy lejos de un desfibrilador externo
automático en el momento en que el ataque al corazón tiene lugar, según
una nueva investigación de la Universidad de Pensilvania, en Estados
Unidos, que ha sido presentada en la reunión anual de la Society for
Academic Emergency Medicine.
Este hallazgo puede ofrecer una importante pista acerca de por
qué, a pesar de las campañas de sensibilización sobre equipos de
Desfibrilación Externa Automática (AED por sus siglas en inglés), y
Resucitación Cardiopulmonar (CPR, por sus siglas en inglés), de los
Estados Unidos, sus tasas de uso siguen siendo pobres.
Se estima que se han vendido un millón de AED en los Estados Unidos -situándolos en aeropuertos, casinos, centros comerciales, centros recreativos, gimnasios y muchos otros lugares públicos-, pero como no están sujetos a las mismas regulaciones de la FDA (Agencia de Alimentos y Medicamentos) para los dispositivos médicos implantables, no está claro exactamente donde se localizan, o si están en lugares donde las personas son más propensas a sufrir paros cardíacos.
En el nuevo estudio, los investigadores mapearon 3.483 lugares donde han tenido lugar paros cariacos, fuera de los hospitales, y las ubicaciones de 2.314 AED en todo el condado de Filadelfia. Los AED, utilizados para que el corazón recupere su ritmo normal, se encuentran más comúnmente, en escuelas y campus universitarios (un 30 por ciento), en edificios de oficinas (un 22 por ciento), y en edificios residenciales (un 4 por ciento).
Sin embargo, sólo el 7 por ciento de los paros cardíacos se produjeron dentro de un radio de 60 metros de un AED; el 10 por ciento se produjo en un radio de 120 metros; y un 21 por ciento a 180 metros. Dado que las posibilidades de supervivencia de las víctimas disminuyen un 10 por ciento con cada minuto que pasa sin atención, las personas que se quedan conmocionadas durante seis minutos, o más, después de un ataque cardiaco, tienen tasas de supervivencia muy bajas.
"Los AED son una parte esencial de la 'cadena de supervivencia' necesaria para salvar a las víctimas de un paro cardiaco", afirma la autora principal, Raina Merchant, profesora de Medicina de Urgencias, quien añade que, "sin embargo, los AED, por lo general, no están disponibles durante el paro cardiaco. Sin un AED, las víctimas de un ataque al corazón pasan varios minutos esperando a los paramédicos, un tiempo que puede significar la diferencia entre la vida y la muerte".
Los investigadores subrayan la necesidad de, no sólo colocar los AED en zonas más estratégicas, sino también encontrar formas innovadoras de ayudar a la gente a localizarlos fácilmente, y usarlos en situaciones de emergencia.
El pasado invierno, un equipo de investigadores de la Universidad de Pensilvania llevó a cabo el MyHeartMap Challenge, un concurso que llevó a los residentes de Filadelfia a las calles, para localizar, capturar y mapear, a través de una aplicación de smartphone, las ubicaciones de todos los AED de la ciudad. Más de 350 equipos e individuos participaron en el concurso, buscando más de 1.500 AED, en cerca de 800 edificios en Filadelfia. Los dos primeros clasificados recibieron 9.000 dólares cada uno, y los datos recogidos se utilizaron para crear una aplicación móvil para ayudar a localizar el DEA más cercano, durante una urgencia.
Merchant concluye que "debemos asegurar que los dispositivos se encuentran en lugares donde sean más útiles y accesibles, y desarrollar formas de hacer que la gente sepa dónde encontrarlos rápidamente, cuando se les necesita".
Se estima que se han vendido un millón de AED en los Estados Unidos -situándolos en aeropuertos, casinos, centros comerciales, centros recreativos, gimnasios y muchos otros lugares públicos-, pero como no están sujetos a las mismas regulaciones de la FDA (Agencia de Alimentos y Medicamentos) para los dispositivos médicos implantables, no está claro exactamente donde se localizan, o si están en lugares donde las personas son más propensas a sufrir paros cardíacos.
En el nuevo estudio, los investigadores mapearon 3.483 lugares donde han tenido lugar paros cariacos, fuera de los hospitales, y las ubicaciones de 2.314 AED en todo el condado de Filadelfia. Los AED, utilizados para que el corazón recupere su ritmo normal, se encuentran más comúnmente, en escuelas y campus universitarios (un 30 por ciento), en edificios de oficinas (un 22 por ciento), y en edificios residenciales (un 4 por ciento).
Sin embargo, sólo el 7 por ciento de los paros cardíacos se produjeron dentro de un radio de 60 metros de un AED; el 10 por ciento se produjo en un radio de 120 metros; y un 21 por ciento a 180 metros. Dado que las posibilidades de supervivencia de las víctimas disminuyen un 10 por ciento con cada minuto que pasa sin atención, las personas que se quedan conmocionadas durante seis minutos, o más, después de un ataque cardiaco, tienen tasas de supervivencia muy bajas.
"Los AED son una parte esencial de la 'cadena de supervivencia' necesaria para salvar a las víctimas de un paro cardiaco", afirma la autora principal, Raina Merchant, profesora de Medicina de Urgencias, quien añade que, "sin embargo, los AED, por lo general, no están disponibles durante el paro cardiaco. Sin un AED, las víctimas de un ataque al corazón pasan varios minutos esperando a los paramédicos, un tiempo que puede significar la diferencia entre la vida y la muerte".
Los investigadores subrayan la necesidad de, no sólo colocar los AED en zonas más estratégicas, sino también encontrar formas innovadoras de ayudar a la gente a localizarlos fácilmente, y usarlos en situaciones de emergencia.
El pasado invierno, un equipo de investigadores de la Universidad de Pensilvania llevó a cabo el MyHeartMap Challenge, un concurso que llevó a los residentes de Filadelfia a las calles, para localizar, capturar y mapear, a través de una aplicación de smartphone, las ubicaciones de todos los AED de la ciudad. Más de 350 equipos e individuos participaron en el concurso, buscando más de 1.500 AED, en cerca de 800 edificios en Filadelfia. Los dos primeros clasificados recibieron 9.000 dólares cada uno, y los datos recogidos se utilizaron para crear una aplicación móvil para ayudar a localizar el DEA más cercano, durante una urgencia.
Merchant concluye que "debemos asegurar que los dispositivos se encuentran en lugares donde sean más útiles y accesibles, y desarrollar formas de hacer que la gente sepa dónde encontrarlos rápidamente, cuando se les necesita".
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