viernes, 13 de julio de 2012

En la era de la ansiedad, ¿somos todos enfermos mentales?

Hay un aumento de la prevalencia de trastornos mentales de más del 1.200 por cien desde 1980 sólo en Estados Unidos. Ese año, entre el 2 y el 4 por ciento de los estadounidenses sufrían ansiedad, según el Manual Estadístico y de Diagnosis (DSM, por sus siglas en inglés) de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA). 

Algunos psiquiatras dicen que el aumento en la prevalencia de la ansiedad desde el 4 por ciento al 50 por ciento en Estados Unidos es resultado de que los psiquiatras y otros especialistas están "sabiendo diagnosticar mejor la ansiedad", como dice la doctora Carolyn Robinowitz, presidenta en el pasado de la APA, y que trabaja en Washington, D.C.
"La gente que lo critica muestra sus prejuicios", dijo. "Cuando mejoramos el diagnóstico de la hipertensión, no dicen que sea terrible".
Los críticos, entre ellos destacados psiquiatras, no están de acuerdo. Argumentan que la aparente explosión de la ansiedad muestra que existe un uso grave y peligroso del DSM. En la próxima edición, que saldrá en mayo, reducirían el umbral para la identificación de la ansiedad.
Las críticas se basan en tres argumentos. Primero, que el DSM no reconoce que la ansiedad es normal e incluso beneficiosa en muchas situaciones. En segundo lugar, la descripción de la ansiedad en el DSM tiene más que ver con normas sociales que con medicina.
Finalmente, argumentan, la ansiedad es adaptable. El circuito cerebral cambió con la evolución por un propósito. Únicamente cuando ese mecanismo no funciona adecuadamente una persona debería ser diagnosticada como enferma mental.
"Ninguna emoción humana es más básica que la ansiedad", dijo el sociólogo Allan Horwitz, de la Universidad de Rutgers. "Muchas formas simplemente no deberían ser consideradas trastornos, porque son el resultado de la forma en que el ser humano evolucionó hace miles de años, en lugar de que algo está fallando".
Horwitz y otros críticos reconocen que cuando el sistema cerebral de la ansiedad falla, puede impedir que las personas funcionen con normalidad, como cuando son incapaces de salir de casa, interactuar con amigos o familias o pasar junto a un perro con correa.
"La ansiedad o el pánico que han sido graves, persistentes y causan un problema o un deterioro clínicamente significativo han de ser diagnosticados pronto", dijo el doctor Allen Frances, psiquiatra que llevó a la revisión anterior del DSM y a dudas sobre los nuevos criterios. "Hay tratamientos muy efectivos".
"No nos oponemos a que la gente sea tratada", dijo Horwitz, coautor del nuevo libro "All We Have to Fear: Psychiatry's Transformation of Natural Anxieties into Mental Disorders" (Todo lo que tenemos que temer: La transformación de la ansiedad natural en trastorno mental).
"Pero la gente es propensa a pensar que tiene un problema que necesita tratamiento".
Muchos psiquiatras no lo ven así. Según los cambios propuestos para el DSM-5 por algunos expertos, síntomas como una preocupación excesiva, inquietud, sentirse presionados, evitar actividades que causen ansiedad, y estar excesivamente preocupado por la salud o las finanzas o la familia tienen que estar presentes sólo tres meses en lugar de seis para justificar un diagnóstico de Trastorno de Ansiedad Generalizada (GAD), por sus siglas en inglés). Y la persona tendría que mostrar un síntoma físico, no los tres actuales.
"Dado que el umbral del GAD es tan ridiculamente bajo, el DSM-5 etiquetará como enfermo mental a muchas personas que no experimentan más que las preocupaciones normales y esperadas de la vida diaria", dijo Frances.

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