Hay un
aumento de la prevalencia de trastornos mentales de más del 1.200 por
cien desde 1980 sólo en Estados Unidos.
Ese año, entre el 2 y el 4 por ciento de los estadounidenses
sufrían ansiedad, según el Manual Estadístico y de Diagnosis (DSM, por
sus siglas en inglés) de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría
(APA).
Algunos psiquiatras dicen que el aumento en la prevalencia de la
ansiedad desde el 4 por ciento al 50 por ciento en Estados Unidos es
resultado de que los psiquiatras y otros especialistas están "sabiendo
diagnosticar mejor la ansiedad", como dice la doctora Carolyn
Robinowitz, presidenta en el pasado de la APA, y que trabaja en
Washington, D.C.
"La gente que lo critica muestra sus prejuicios", dijo. "Cuando
mejoramos el diagnóstico de la hipertensión, no dicen que sea terrible".
Los críticos, entre ellos destacados psiquiatras, no están de
acuerdo. Argumentan que la aparente explosión de la ansiedad muestra que
existe un uso grave y peligroso del DSM. En la próxima edición, que
saldrá en mayo, reducirían el umbral para la identificación de la
ansiedad.
Las críticas se basan en tres argumentos. Primero, que el DSM no
reconoce que la ansiedad es normal e incluso beneficiosa en muchas
situaciones. En segundo lugar, la descripción de la ansiedad en el DSM
tiene más que ver con normas sociales que con medicina.
Finalmente, argumentan, la ansiedad es adaptable. El circuito
cerebral cambió con la evolución por un propósito. Únicamente cuando ese
mecanismo no funciona adecuadamente una persona debería ser
diagnosticada como enferma mental.
"Ninguna emoción humana es más básica que la ansiedad", dijo el
sociólogo Allan Horwitz, de la Universidad de Rutgers. "Muchas formas
simplemente no deberían ser consideradas trastornos, porque son el
resultado de la forma en que el ser humano evolucionó hace miles de
años, en lugar de que algo está fallando".
Horwitz y otros críticos reconocen que cuando el sistema cerebral
de la ansiedad falla, puede impedir que las personas funcionen con
normalidad, como cuando son incapaces de salir de casa, interactuar con
amigos o familias o pasar junto a un perro con correa.
"La ansiedad o el pánico que han sido graves, persistentes y
causan un problema o un deterioro clínicamente significativo han de ser
diagnosticados pronto", dijo el doctor Allen Frances, psiquiatra que
llevó a la revisión anterior del DSM y a dudas sobre los nuevos
criterios. "Hay tratamientos muy efectivos".
"No nos oponemos a que la gente sea tratada", dijo Horwitz,
coautor del nuevo libro "All We Have to Fear: Psychiatry's
Transformation of Natural Anxieties into Mental Disorders" (Todo lo que
tenemos que temer: La transformación de la ansiedad natural en trastorno
mental).
"Pero la gente es propensa a pensar que tiene un problema que necesita tratamiento".
Muchos psiquiatras no lo ven así. Según los cambios propuestos
para el DSM-5 por algunos expertos, síntomas como una preocupación
excesiva, inquietud, sentirse presionados, evitar actividades que causen
ansiedad, y estar excesivamente preocupado por la salud o las finanzas o
la familia tienen que estar presentes sólo tres meses en lugar de seis
para justificar un diagnóstico de Trastorno de Ansiedad Generalizada
(GAD), por sus siglas en inglés). Y la persona tendría que mostrar un
síntoma físico, no los tres actuales.
"Dado que el umbral del GAD es tan ridiculamente bajo, el DSM-5
etiquetará como enfermo mental a muchas personas que no experimentan más
que las preocupaciones normales y esperadas de la vida diaria", dijo
Frances.
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