Investigadores del Instituto de Ciencia y
Tecnología de Alimentos y Nutrición (ICTAN), centro del Consejo Superior
de Investigaciones Científicas (CSIC), han demostrado que el consumo de
un agua mineral bicarbonatada sódica durante las comidas puede reducir
el riesgo cardiovascular.
Así se desprende de los últimos resultados de un estudio publicado
en la revista 'European Journal of Nutrition', con el que se ha
demostrado que con medio litro de este tipo de agua se puede conseguir
una reducción de entre un 6 y 15 por ciento de los lípidos en sangre
durante la digestión.
De esta forma, contribuye a reducir el riesgo de formación de
placas de ateroma en las paredes arteriales o aterosclerosis, lo que
causa un mayor riesgo de sufrir un accidente cardiovascular, como una
angina de pecho o un infarto.
Esto es posible, según ha explicado la directora del Grupo de
Minerales en Metabolismo y Nutrición Humana del CSIC y autora principal
del estudio, la doctora Pilar Vaquero, gracias a la "particular
composición" del agua analizada, que presenta un alto contenido en sales
minerales.
El estudio incluyó a 21 sujetos sanos de entre 18 y 40 años, a
quienes se les ofreció un desayuno "con un perfil lipídico parecido al
de la dieta mediterránea" que incluía el consumo de medio litro de agua
de la marca Vichy Catalán, mineral bicarbonatada sódica y con gas.
Tras analizar sus niveles de triglicéridos después de las comidas,
se compararon con los que presentaban tanto en ayuno como con el
consumo de otro tipo de agua.
En este sentido, se observó una menor absorción de lípidos que
contienen los alimentos, que estaría provocada por un aumento ligero del
pH del estómago, lo que implica una disminución de la liberación de la
hormona colecistoquinina, que provoca que la vesícula biliar vierta
menos bilis en el intestino.
Al haber menos bilis en el intestino, se absorben menos lípidos y
se consigue que una menor cantidad de estos compuestos alcance el
torrente sanguíneo, un efecto que, como ha resaltado Vaquero, "se ha
demostrado que se debe al agua, ya que todo lo demás estaba controlado".
No obstante, esta experta ha matizado que "lo que se consigue es
una disminución en la absorción, no que ésta se elimine".
"No queremos
que la grasa no se absorba", ha insistido Vaquero.
Estudios previos ya habían demostrado que el uso de este agua como
parte de la dieta habitual era capaz de producir una disminución de
hasta un 15 por ciento del colesterol total y del LDL, conocido como
colesterol 'malo', aumentando también la fracción de colesterol-HDL o
colesterol bueno.
Por ello, y en virtud de este último hallazgo, Vaquero y su equipo
sugiere que añadir a la dieta habitual este tipo de agua podría servir
como medio de prevención del riesgo cardiovascular.
No hay comentarios:
Publicar un comentario